Arte: Cataluña artística; el hechizo de Salvador Dalí
Figueres, Cadaqués y Púbol son los escenarios ampurdaneses imprescindibles para conocer la vida y obra del genio catalán
Cadaqués
La villa ampurdanesa acogió a Dalí desde su infancia, cuando veraneaba en familia, y hasta su madurez creativa. En 1930, buscando una vivienda propia, el artista compra una barraca en Portlligat, una aldea de pescadores pegada a Cadaqués.
El universo del artista
El Triángulo Daliniano es una ruta que enlaza los tres centros neurálgicos del Empordà que permiten adentrarse en la vida y obra de Salvador Dalí: Figueres, Cadaqués y Púbol. Concepto tangible y mítico a la vez, la ruta explora el universo del artista tanto en la vertiente biográfica como en la artística.
Museo de Figueres
En la década de 1970 Dalí se dedicó al proyecto de su museo, interviniendo en el diseño de la Torre Galatea y la cúpula que corona el edificio. Dalí recuperó el antiguo teatro de Figueres y los restos del recinto amurallado de la ciudad, donde dio nueva forma a la Torre Galatea, su residencia los últimos años de vida, coronada con los huevos y panes.
Una mente surrealista
Bajo la estructura transparente del Teatro-Museo, Dalí ubicó el centro de su universo surrealista. El museo acoge una de las colecciones más importantes del artista, con pinturas emblemáticas como Autorretrato blando con bacon frito, Leda atómica o Galatea de las esferas.
Cala de Portlligat
La Casa-Museo de Portlligat fue la residencia estable de Salvador Dalí. En ella vivió y trabajó de forma habitual hasta la muerte de Gala, en 1982. Actualmente es una estructura laberíntica con una sucesión de espacios encadenados por pasillos estrechos y recorridos sin salida.
Un espacio singular
La residencia de Portlligat está formada por varias barracas de pescadores que el pintor fue reformando y decorando. Allí se pueden visitar las estancias en las que transcurrían los momentos íntimos del artista y su musa, Gala; los espacios exteriores, repletos de objetos y recuerdos de los Dalí; y el taller.
El Cap de Creus
La geología salvaje de esta reserva natural fue una de las fuentes de inspiración y motor creativo del genio ampurdanés. Dalí cecía que «mi paraíso místico comienza en los llanos del Empordà, rodeado por las colinas de La Albera y encuentra su plenitud en la bahía de Cadaqués».