España: Barcelona a toda letra
Librerías que están revolucionando la escena cultural de la ciudad.
18.00 h. Una calle clásica para una librería mítica
Si hubiera que resumir Gràcia en dos localizaciones, son estas: la Plaça del Diamant y la calle Verdi, una de las vías con más estímulos por metro cuadrado de la ciudad. Desde los míticos cines, tiendas de diseño, o locales de comida. Siempre hay algo nuevo, como la última floristería del barrio, Plantes 8H, un collage verde creado por arquitectos, diseñadores y jardineros.
Por supuesto, en la calle Verdi también está la Librería Taifa. Su fundador José Batlló sigue siendo maestro de libreros barceloneses. Tiene un no sé qué de cueva o de estudio bohemio, de librería quijotesca. En su eterno decálogo del buen cliente, toda una declaración de principios: “Los libreros somos una especie en extinción. No lo acelere; nosotros no tenemos ninguna prisa». El mosaico de la acera entra dentro de la librería, como buscando una fusión total entre libros y calle. Saliendo hacia la Plaza de la Villa de Gràcia, se da con La Memòria. Desde 2003, su propuesta alrededor de la memoria como concepto es una de las más interesantes de Barcelona.
20.00 h. Fanzine y mantel
El Diluvio Universal (C/ de les Guilleries, 2) es una mezcla de taller y galería, lugar de encuentro para amantes de la ilustración, de la serigrafía, de los fanzines y el diseño gráfico en general. Es de esos espacios donde entras a ver qué hay, te inspiras y sales con una nueva lámina de alguno de los artistas emergentes seleccionados para colgar en casa. Lo mejor es entrar sin paraguas, para que el diluvio creativo empape bien. Cada navidades celebran una exposición colectiva que no hay que perderse.
El que tampoco tiene pérdida es el Roig Robí, en Sèneca, 20. Y más ahora, que ha sido el ganador en los II Premios Barcelona Restauración como representante de la gastronomía de calidad de Gràcia. La cosa no viene de nuevas, ya que Mercé Navarro abrió este establecimiento especializado en cocina catalana, en 1986. Su patio interior es ideal para cenar mientras se disfruta de una pequeña tertulia libresca.
DOMINGO (SANT ANTONI Y POBLE SEC)
10.00 h Una mañana en el mercado
Los domingos barceloneses no serían lo mismo sin el Mercat de Sant Antoniy sin el aperitivo al mediodía con aceitunas, berberechos y el diario del día. En el mercado de libros de ocasión caben desde buscadores de títulos extraños, de afiches, cómics, revistas y postales a niños intercambiando la última colección de cromos. Desde que el icónico edificio del mercado, referente de la arquitectura de hierro de fines del XIX, abrió sus puertas tras un largo proyecto de rehabilitación, el dominical ha recuperado el brillo de antaño, cuando entre sus paradas paseaban escritores catalanes como Manuel de Pedrolo, Terenci Moix o Quim Monzó. Sin duda, un clásico que aúna cultura e historia de barrio para festejar el fin de semana.
12.00 h Una librería en un pasaje
Un pasaje sirve para unir dos calles, dos mundos, dos cielos. Barcelona está llena de pasajes, y si no que se lo pregunten a Jorge Carrión, que en su Barcelona. Libros de los pasajes contabilizó hasta cuatrocientos. La librería Calders está en uno de ellos, Passatge Calders, 9, junto a la popular calle de Parlament y cerca del Mercat de Sant Antoni. Mejor: la librería es el final del pasaje, como si continuara infinitamente a través de todos los mundos que encierran los libros que se exponen en las estanterías y mesas de novedades. Entre semana siempre hay una u otra presentación, pero los domingos abre y deja que el bullicio del vermut entre alegre en su interior.
13.30 h Vermut en carrer Blai
Desde el barrio de Sant Antoni, hacia Poble Sec para pasearse por el legendario Carrer Blai. Esta calle peatonal, oblicua a la Av. Paralel, se convierte en la práctica en una extensa terraza de tapeo, tal vez, la más popular de Barcelona. Los precios de los pinchos son la mar de razonables y los meses de buen tiempo se siente algo de fiesta mayor en el ambiente. Se puede aprovechar para comprar el pan del día en el centenario Horno Santa Madrona. Su pan de kamut es como las buenas novelas, lleno de matices y segundas lecturas.
Los domingos también abre La Carbonera aprovechando que los bares siempre fueron lugares predilectos para los amantes de la literatura. De nuevo, la opción escogida para este espacio de libros es la de cooperativa. Las socias y socios de la cooperativa tienen ventajas especiales y con la primavera llegan los celebrados vermuts literarios los domingos. Si alguien se pregunta por el nombre, hace referencia a la antigua actividad que albergaba el local, una distribuidora de carbón. Ahora hay libros, que, en definitiva, también son una importante fuente de energía.