La capital de Sicilia seduce con su mestizaje artístico y la naturalidad que respiran sus calles y mercados.
Fascinante, desafiante y viva, Palermo es una ciudad siempre atractiva para una escapada. Para los fenicios que la fundaron en el siglo VII a.C. fue Zyz, «la flor». Los griegos la llamaron Panormos, «todo-puerto», por la ensenada natural que creaban sus dos ríos, hoy engullidos por sus vísceras y por la historia. Llegar al amanecer tras una noche de navegación desde el continente y ver la ciudad abrazada por los montes y el mar, y besada por la luz del primer sol, da sentido a sus antiguos nombres.
Los palermitanos inician su jornada de pie y masticando. Para un desayuno dulce hay que probar las iris (masa frita rellena de requesón), la cassata (bizcocho de mazapán) o el rey de la isla: el cannolo (canutillo relleno de requesón y otros ingredientes). Estos populares cannoli se venden en pastelerías y cafeterías, como la histórica Confitería Cappello y el Antico Café Spinnato.
Desde el puerto, hoy en fase de rehabilitación, se alcanza a 3 km., La Cala, una estrecha ensenada natural. En su perfecto hemiciclo se asienta la iglesia de Santa Maria de la Catena (siglo XV); en tiempos lejanos tenía una cadena que permitía cerrar el puerto. Seguimos por el paseo marítimo hasta la Porta Felice, aduana en el siglo XVI, y así llamada en honor de Felice Orsini, esposa del virrey español que abrió al mar el Cássaro, la calle más antigua de Palermo. Desde sus pilares se entrevé al fondo la Porta Nuova (siglo XV). Una avenida de 2 km conecta ambos umbrales. A su alrededor se extiende el centro histórico, parcialmente restaurado y repartido en cuatro barrios, con iglesias, palacios y mercados a los que se llega fácilmente en bus turístico gratuito.
Catedral de Palermo
Fundada en el siglo XII, exhibe rasgos bizantinos y normandos, y un pórtico gótico catalán, añadido en el siglo XV.
Museo de las Marionetas de Palermo
La Opera dei Pupi, teatro de marionetas, se popularizó en Sicilia a inicios del siglo XIX. Los titiriteros contaban historias basadas en la literatura caballeresca medieval, los poemas del Renacimiento y la vida de santos y bandidos famosos. El Museo Internacional de la Marioneta (Piazza Antonio Pasqualino, 5) recopila la historia de este oficio.
Iglesia de la Martorana
Es el otro nombre por el que es conocida la iglesia de Santa Maria dell’Ammiraglio. De origen normando, el interior está decorada con mosaicos bizantinos.
Teatro Massimo de Palermo
Icono de la vida cultural siciliana, fue inaugurado en 1897. Preside son su fachada clásica la plaza Giuseppe Verdi.
Fontana della Vergogna en Palermo
La Fuente Pretoria, apodada la fuente de las vergüenzas (siglo XVI), denominada así por sus esculturas desnudas, se alza en el centro de la Plaza del Ayuntamiento.