Frente a la isla de Andros, a 200 metros de la costa, se encuentra el primer faro automático de Grecia. Construido en 1897 sobre una roca que emerge del agua, esbelta, con la cintura encorsetada, la torre es capaz de alumbrar a 11 kilómetros de distancia. No fue hasta finales de 1990, sin embargo, que obtuvo el honor de ser el primer faro moderno del país heleno. Esto se debe a que en sus inicios, el faro no contaba con tecnología automatizada. Durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes bombardearon la zona destruyendo el singular faro que permaneció en el ostracismo más absoluto hasta principios de la década de los 90 cuando un magnate petrolero ordenó su reconstrucción en honor a su hija fallecida.