Curiosidades: Las grandes ciudades crean sus propias nubes
Un curioso estudio centrado en Londres y París ha concluido que el calor acumulado en las urbes provoca un aumento de la nubosidad y la persistencia de las mismas en el cielo en primavera y verano.
Que en las ciudades hace más calor que fuera de ellas no es algo nuevo. La alta concentración de personas, los vehículos a motor, la escasa cantidad de zonas verdes, el asfalto y la falta de corrientes de aire que remuevan el aire provoca este incremento, pero hasta ahora no se conocía qué efectos tenía este aumento más allá del cambio en el mercurio del termómetro. Por ello un grupo de investigadores ha decidido estudiar cómo se desarrolla la cobertura nubosa en París y Londresy su resultado ha sido, cuanto menos, curioso: las grandes ciudades son capaces de «generar» y mantener nubes más tiempo sobre las cabezas de sus ciudadanos.
Para llegar a esta conclusión los investigadores estudiaron las imágenes satelitales de Londres y París y descubrieron que durante la primavera y el verano (mayo, junio, julio y agosto), por la tarde y la noche, las megaciudades modernas tienen más nubes que en las zonas rurales cercanas (en el caso de Londres analizaron la cobertura nubosa de Chilbolton, a unos 100 km al suroeste de la capital). Además analizaron las mismas a través de los datos registrados por un nefobasímetro (un aparato que usa un láser para determinar la altura de la base de nubes) y estadísticas de alturas y turbulencias.
El causante: el calor de las ciudades
En esencia, según el informe publicado en la revista especializada Climate and Atmospheric Science, el calor retenido en las ciudades genera una convección vertical de aire caliente que alimenta la humedad de las nubes a última hora de la tarde, lo que las hace permanecer más tiempo sobre las urbes. Como apuntan los científicos, «aunque hay menos humedad disponible en la superficie y la atmósfera es más seca, las nubes bajas pueden persistir más tiempo en el área urbana al mantenerse la mezcla vertical de la humedad disponible por un periodo más largo de tiempo en la transición hacia la noche”.
aunque hay menos humedad disponible en la superficie y la atmósfera es más seca, las nubes bajas pueden persistir más tiempo en el área urbana al mantenerse la mezcla vertical de la humedad
Por último los científicos han apuntado que aunque el estudio solo se llevó a cabo en dos grandes urbes, es muy posible que también ocurra este fenómeno en el resto de megaciudades de Europa y del mundo. «Las observaciones del balance energético de muchas otras ciudades han mostrado un flujo de calor más duradero durante la tarde y la noche, incluyendo Marsella, Helsinky, Montreal, Ciudad de México, Sacramento o el Cairo».