El ruido del bimotor acompaña a las vistas y barniza el viaje con una capa de aventura que convierte la experiencia en inolvidable. Tras unos 45 minutos de vuelo desde Recife, aparece la forma irregular de la mayor de las islas del archipiélago que forman las Islas Fernando de Noronha, en Brasil.
Se aterriza en el Parque Nacional Marino de Fernando de Noronha, destino ambicionado por los amantes del submarinismo y los surfers de todo el mundo. Los primeros disfrutan de unas aguas llenas de vida y con una visibilidad extraordinaria, mientras que los segundos hacen lo propio con las olas. Especialmente, en las que rompen en Praia da Conceição, a la que se llega caminando entre rocas hasta pisar su arena blanca.