Travesias: Tenerife norte, el paraíso zen desconocido
Para buscar un turismo más minoritario y sin agobios hay que virar hacia el norte de esta isla.
SIN AGOBIOS
¿Puede un hotel de cinco estrellas de 460 habitaciones considerarse de lujo? Por poder, puede, pero ¿dónde quedan las tan cacareadas experiencias personalizadas que busca hoy el huésped más exigente? En Tenerife, por ejemplo, hay de todo. Están los macro complejos como The Ritz-Carlton Abama, Bahía del Duque y Hard Rock Hotel, y también los alojamientos de alto standing con no más de 10 estancias y un trato cercano. Los primeros son propios del sur de la isla canaria, donde siempre (o casi) brilla el sol. Para buscar un turismo más minoritario y sin agobios hay que viajar al norte.
MÁS QUE EL SOL Y PLAYA
El norte de Tenerife, desde las montañas del Parque Rural de Teno, en el oeste, hasta el de Anaga, en el este, se encuentra mucho menos explotado. Es más agreste, más verde, y no siempre calientan los 22 grados de media que los turistas esperan disfrutar en Canarias. Pero este paraíso para senderistas atrae fuerte por otros motivos. Allí, algunos vecinos inquietos y con ideas se están movilizando para ofrecer a los visitantes mucho más que sol y playa.Son enólogos, guías turísticos y pequeños empresarios hoteleros que aúnan esfuerzos para organizar esas experiencias de lujo tan en boga, y que huyen del “todo incluido” como opción vacacional.
OASIS ENTRE PLATANERAS
Está el exconsultor canario Alberto del Hoyo, otrora estresado madrileño de adopción, quien en 2011 recibió en herencia una hacienda familiar en la costa a partir de la cual ha constituido Be Tenerife, una empresa de alojamientos boutique que salpican el norte de la isla. Sus (por ahora seis) villas rurales de lujo (El Cardón, El Socorro, Cuatro Ventanas, Suites de Franchy, Garachico Colors y El Jardín de la Palapa) ofrecen no solo parada y fonda entre bosques de plataneras, sino experiencias gastronómicas, artísticas y deportivas a las que difícilmente se accede sin la ayuda del bien conectado Alberto.
ESTRELLAS Y FONDOS SIN SECRETOS
Porque no todos los días se puede charlar con Rafael Rebolo, director del Instituto de Astrofísica de Canarias, y preguntarle cómo se formó el cosmos o qué le comentó el fallecido astrofísico Stephen Hawking sobre los agujeros negros en uno de sus encuentros. Pues bien, si Rebolo dispone de tiempo, y los huéspedes de Be Tenerife muestran interés en conocerle, Alberto del Hoyo puede conseguir que la reunión tenga lugar.
O que se zambullan en alta mar con Francis Pérez, fotógrafo canario que ganó el prestigioso premio World Press Photo de 2017 en la modalidad Naturaleza (con la foto de una tortuga atrapada en una red de pesca), mientras relata aquel día en el que quiso retratar a una ballena y casi se mete de cabeza en sus fauces.
EL DESPERTAR ENOTURÍSTICO
Otro de los residentes de Tenerife que quiere romper con lo ya establecido es Agustín García Farráis, propietario de la Bodega Tajinaste, de la Denominación de Origen Valle de La Orotava. Hasta hace poco, era harto difícil descubrir vinos locales en las cartas de los restaurantes de la isla, pero Agustín y un grupo de enólogos tinerfeños se pusieron manos a la obra con el variado terruño del que disponían para ofrecer caldos bien acabados y originales. Algunos de ellos, elaborados a partir de variedades de uva autóctonas como Listán Negro y Marmajuelo.
EL MARIDAJE SUBLIME
Esos vinos con Denominación de Origen Protegida Islas Canarias se despachan, entre otros, en el estupendo restaurante Haydée de La Orotava, cuyo chef aporta matices peruanos y asiáticos a las delicias locales. Y en otra parada gastronómica que se desmarca del resto de establecimientos: Aristides, en Garachico, donde el cocinero Omar Páez eleva a un nivel superior los productos tinerfeños, como las papas con salsa picante.
PUEBLISMO BIEN
Garachico y La Orotava son algunas de las perlas de ese norte ignoto, como Puerto de la Cruz y San Cristóbal de La Laguna, antigua capital de Tenerife, declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1999. Es muy recomendable recorrer estos pueblos a pie y con calma canaria, pasear por sus calles empedradas, sus monumentos coloniales y sus casonas.
PLAYAS EN SILENCIO
Y, cuando urja el descanso, abandonarse a la arena negra de El Bollullo, en La Orotava, y de la Playa del Socorro, en Los Realejos, y a la Playa de Benijo, en el extremo noroeste de la isla. Tenerife tiene todo eso. Y solo en el norte.