Turquia: Un Estambul insólito es posible

Tesoros escondidos, llamativas costumbres y otras pistas que invitan a disfrutar de la ciudad turca con otra mirada.

 

 

iStock-800426726. CRUCERO ENTRE DOS CONTINENTES

CRUCERO ENTRE DOS CONTINENTES

El Bósforo es un estrecho que conecta el mar Negro con el de Mármara, separando Estambul en zona europea y asiática. Se puede viajar de un lado a otro por el puente del Bósforo –ojo que son habituales los atascos– y, más apetecible, entre los dos continentes en barco, recorriendo palacios, mezquitas y mansiones, con cena turca y algún espectáculo, como danza del vientre. La embarcación se cruzará con numerosos yates, algunos de los cuales son alquilados para divertidas despedidas de soltera o cenas íntimas con música. Para los que quieran comer con las increíbles vistas al Bósforo, pero sin los vaivenes del agua, es recomendable el concurrido Lacivert, al que se accede por barco y que cuenta con una fantástica terraza.

 

iStock-641112990. LA VARA DE MOISÉS Y EL ARMA MÁS CARA DEL MUNDO

LA VARA DE MOISÉS Y EL ARMA MÁS CARA DEL MUNDO

Un guardia de seguridad llama la atención: fotos, no. En efecto, en una de las salas del gigantesco Palacio de Topkapi –700.000 metros cuadrados–, dividido en cuatro patios, con múltiples edificios en su interior y rodeado por una muralla de cinco kilómetros, se encuentran algunos objetos increíblescomo la vara con la que Moisés dividió el mar Rojo o la espada de David. Aquí también se exponen dos joyas de valor incalculable: el puñal Topkapi, el arma más cara del mundo, en oro y esmeraldas; y el diamante del Cucharero, de 88 quilates, que fue, atención, de la madre de Napoleón, Letizia Ramolino.

 

VIVA EL DULCE, TAMBIÉN EN PRETZEL

VIVA EL DULCE, TAMBIÉN EN PRETZEL

A los turcos, además del doner –carne servida en pita con verduras–  tomado con ayran –yogur frío con sal les pirra el dulce. Son típicos los baklava, empalagosos bollitos de hojaldre rellenos de frutos secos con miel, y los lokum, como gominolas de frutas (los ofrecen para probar en los establecimientos). Pero si hay algo que, a pesar del calor, adultos y niños degustan con pasión, son los gigantescos pretzels con sésamo, abiertos por la mitad y rellenos con Nutella. Se puede encontrar en unos tenderetes rojos, por ejemplo, cerca de las mezquitas (por cierto, en Estambul hay al menos 3.000). Si se prefiere algo detox, o, al menos, más ligero, también se puede refrescar uno con zumo de granada recién exprimida.

 

iStock-178780523. FALDA AMARILLA EN LA MEZQUITA

FALDA AMARILLA EN LA MEZQUITA

Para visitar la Mezquita Azul de Estambul es recomendable conocer de antemano ciertas normas de acceso muy precisas. Llevar una vestimenta adecuada es obligatorio tanto en mujeres como en hombres. Todos deben llevar ropa holgada, con piernas y hombros sin descubrir. Lo que llama la atención es que en la entrada presten discretos pañuelos azules para las mujeres que necesiten cubrirse el pelo, y, sean amarillas las faldas con las que se deben tapar las piernas ellos. Una recomendación para el turista despistado: llevar calcetines es imperativo –hay que descalzarse e introducir los zapatos en bolsas como las que se usan en los supermercados– porque lo siguiente será pisar metros y metros de moqueta desgastada por el uso diario.

 

iStock-172657829. LOS GATOS MÁS MIMADOS DEL MUNDO

LOS GATOS MÁS MIMADOS DEL MUNDO

Desde la llegada, los anuncios del aeropuerto invitan a hacerse selfies con los adorables mininos protagonistas de alguna que otra campaña publicitaria. Que no se equivoque el recién llegado, que aunque haberlos haylos vagabundeando, viven como reyes, alimentados y mimados por los turcos. Se estima que rondan ya los 150.000 ejemplares. Teniendo en cuenta que en Estambul viven más de 20 millones de personas hasta parece ridículo el número de felinos callejeros. Para los amantes de estos animales hay un documental, Kedi (Gatos en Estambul) que analiza este curioso fenómeno.

 

iStock-476441871. HAMMAN, TAMBIÉN EN EL BAÑO DEL HOTEL

HAMMAN, TAMBIÉN EN EL BAÑO DEL HOTEL

Sin tiempo, tal vez, para acudir a un baño público, hay hoteles, como la cadena Barceló, que incluyen en los baños de algunas de sus habitaciones, bañera y un hammam (con ducha). Heredera de las termas romanas, esta habitación, además de usarse para la higiene y el descanso, sirve como lugar de reunión. Es un detalle anecdótico, pero que invita a la socialización –habrá más de uno que quiera hacerse la foto si va en grupo–, o a vivir la experiencia en pareja de una forma más íntima. Si el hotel no cuenta con hamman o sabe a poco la experiencia, siempre queda el baño turco en público, recomendable para salir como nuevo tras un día agotador recorriendo la ciudad.

 

iStock-521623763 (1). EL (FAMOSO) ANDAMIO DE SANTA SOFÍA

EL (FAMOSO) ANDAMIO DE SANTA SOFÍA

Fue la iglesia católica más grande del mundo. Luego convertida en mezquita por los otomanos. Y en la actualidad es un museo, símbolo de la ciudad. Santa Sofía, en lo más alto de Estambul, cuenta con una llamativa cúpula de 30 metros de diámetro y un par de inesperadas curiosidades. El guía responde a la gran pregunta: ¿qué hace un gigantesco andamio tapando una de las paredes del templo? Durante un par de décadas (al menos, el tiempo que lleva el cicerone trabajando, cuenta), Santa Sofía ha estado en rehabilitación de su interior. Tanto tiempo, que los turcos se han acostumbrado a ello. Hay que acceder por la puerta más grande, para sentirse como el emperador, y no irse sin introducir un dedo en el agujero de una columna “milagrosa” mientras se pide un deseo.

 

iStock-468128744. LA ESTACIÓN DE TREN DE AGATHA CHRISTIE

LA ESTACIÓN DE TREN DE AGATHA CHRISTIE

Cerca del Bazar de las especias –donde el turista va a comprar los productos típicos (especias, dulces, flores…) para regalar a la familia y es tentado por bolsos, zapatillas y perfumes falsificados a plena luz del día– se encuentra laestación de tren de Sirkeci, construida en 1890 y conocida por servir de inspiración a Agatha Christie para su famosa novela Asesinato en el Orient Express. No funciona en la actualidad, pero el turista hará volar la imaginación al ver su sofisticado diseño de estilo oriental, símbolo de la elegancia de una época en la que el tren cruzaba Europa desde París hasta llegar a la exótica Estambul.

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