Doce pueblos que no te esperas para los doce meses del año
Enero, febrero, marzo, abril… Un año entero por delante para pensar en escapadas. Cada mes tiene un motivo añadido que anima a viajar: el disfrute de la montaña, el carnaval, la llegada de la primavera, las playas, la época de vendimia… Pensando en ello hemos seleccionado un pueblo para cada mes del año.
ENERO: AÍNSA
En la encrucijada de todos los caminos que llevan al corazón del Pirineo oscense, la capital de la comarca del Sobrarbe es una villa de piedra impecable que parece de postal, sobre todo con las nieves perpetuas de las cumbres que la rodean . Es conjunto histórico artístico, un lugar con solo dos calles que parten de su encantadora plaza Mayor y un castillo en uno de los extremos, y base perfecta para disfrutar de la montaña.
FEBRERO: VERÍN
A Verín se la conoce como el país del Entroido, el carnaval más famoso de Galicia, como son los peliqueiros y los cigarróns como protagonistas, que cada mes de febrero vuelve a ser centro de atención. Una ocasión perfecta para descubrir también los restos de su antiguo recinto amurallado y sus balnearios, que la comarca a la que da nombre también es tierra de manantiales y aguas termales, además de buen vino, el del valle de Monterrei, donde se alza una de las fortalezas más bellas y mejor conservadas de Galicia.
MARZO: SAN MARTÍN DEL CASTAÑAR
De la sierra de Francia, San Martín es uno de los pueblos que más gustan. Y así es, sobre todo, por sus casas con corredores y entramados de madera, una representativa muestra de arquitectura tradicional. El paseo por este pueblo salmantino regado por las aguas del río Francia y situado en lo alto de un promontorio, también descubre sus otros encantos: el puente medieval, la torre de la iglesia, la centenaria plaza de toros y, junto a esta, el castillo, hoy Centro de la Reserva de la Biosfera. El inicio de la primavera es perfecto para, entre castaños y bancales de olivos, caminar por El Bosque de los Espejos, el Camino del Arte que une San Martín del Castañar, Sequeros y Las Casas del Conde, una invitación a cruzar con Alicia en el país de las Maravillas al otro lado del espejo.
ABRIL: POTES
Con la apertura de la Puerta del Perdón, el 16 de abril de 2017 es la fecha de la inauguración del Año Jubilar en el monasterio de Santo Toribio de Liébana, Cantabria, al caer en domingo la festividad del santo. Un evento que marcará a partir de entonces la vida del idílico paisaje montañoso del valle de Liébana, del que Potes ejerce de capital. Un pueblo cuyo entramado urbano conserva aún parte del sabor hidalgo y montañés que fue acumulando a lo largo de los siglos y donde merece la pena recorrer con tiempo sus barrios más antiguos, como el de la Solana, pasar por su puente de San Cayetano, descubrir sus casonas señoriales y, por supuesto, tomarse un cocido lebaniego y un chupito de licor de Liébana.
MAYO: PRIEGO DE CÓRDOBA
Priego es un pueblo, especialmente, para disfrutar paseando sin prisas en primavera, perfumado por el aroma de las flores que inundan sus fachadas. En las calles y plazas de esta localidad barroca cordobesa por excelencia toman asiento iglesias y palacios del siglo XVIII y su maravilloso barrio de la Villa lo forma un angosto entramado de callecitas empedradas y plazoletas donde reside la quintaesencia de la ciudad musulmana y medieval. No hay que dejar la villa sin descubrir los aceites denominación de origen Priego de Córdoba, visitar una almazara para conocer su proceso de fabricación y sus olivares centenarios.
JUNIO: PORTLLIGAT
Al norte de Cadaqués, el pueblo donde Dalí pasó largas temporadas durante su infancia y juventud, una pequeña carretera lleva a Portlligat, ese rincón donde el pintor llegó atraído por la luz, el paisaje y el aislamiento del cabo de Creus que al comienzo del verano se disfruta especialmente. Junto a la bahía se levanta su casa, conformada por un conjunto de viviendas de pescadores y en cuya laberíntica estructura se descubren pequeños espacios encadenados por pasos estrechos, pequeños desniveles y caminos sin salida que acogen muebles antiguos, recuerdos y objetos relacionados con su actividad artística.
JULIO: ALMAGRO
La magia y el esplendor de los versos de Lope de Vega, Tirso de Molina, Shakespeare o Calderón de la Barca resuenan desde muy antiguo en esta ciudad manchega volcada en el teatro del Siglo de Oro. Así es desde que se descubriera entre los muros de su singular Plaza Mayor un Corral de Comedias del siglo XVI, escenario cada verano de los más importantes espectáculos del Festival Internacional del Teatro Clásico. Almagro es un referente cultural único en su género, pero más allá hay un valioso conjunto por descubrir que pasa por el Museo Nacional del Teatro, el Teatro Municipal, el Almacén de los Fúcares, la iglesia de San Agustín y los palacios y casonas hidalgas de las calles Bernardas y Nuestra Señora de las Nieves, principalmente.
AGOSTO: TAZONES
Fue en esta villa donde el emperador Carlos V pisó por primera vez la Península allá por el 1517 para ser coronado rey, y este año se celebra por todo lo alto con motivo del V Centenario del hecho histórico. Tazones es una de las villas marineras más bonitas y entrañables de la costa asturiana, un pueblo pesquero abrazado por montañas donde las casas se adaptan perfectamente a la pendiente y finalizar la jornada degustando los mejores pescados gracias a su puerto.
SEPTIEMBRE: ELCIEGO
Septiembre es tiempo de vendimia y en la Rioja Alavesa saben y mucho de ello. Unido irremediablemente al vino, Elciego empezó su revolución cuando el famoso arquitecto Frank Gehry llevara a cabo la ampliación de las bodegas del Marqués de Riscal. Una vanguardista obra de titanio que puso en el mapa a este pueblo de Álava que tenía entre sus clásicos encantos la plaza Mayor y la iglesia de San Andrés.
OCTUBRE: ZIGA
El valle del Baztán, en el norte de Navarra, cuyo paisaje se dibuja con cientos de pequeños caseríos aislados, helechales, sotos, pilas de heno, rebaños de ovejas latxas pastando y bosques fragosos es un lugar perfecto para el otoño, cuando ofrece su mejor colorido. En medio de estos frondosos paisajes está Ziga, cuya iglesia de San Lorenzo, construida en lo alto, está considerada la catedral del Baztán.
NOVIEMBRE: ALARCÓN
Para este mes, un pueblo monumental y Alarcón, en Cuenca, lo es. Para empezar, por su emplazamiento, situado sobre una colina rodeada por las aguas verdes del Júcar. Pero además porque lo corona una fortaleza de la Edad Media y guarda entre sus calles pequeñas delicias artísticas, lo que hacen de él uno de los pueblos más bonitos de Castilla-La Mancha.
DICIEMBRE: GARACHICO
Cuando llega el invierno, en Tenerife reina la eterna primavera. El pueblo de Garachico es uno de sus tesoros, con uno de los cascos históricos y artísticos mejor conservados de Canarias. Fue sepultado bajo la erupción de un volcán a principios del siglos XVIII, lo que formó unas piscinas naturales en roca volcánica famosas en toda la isla y sus calles, que mantienen el trazado urbano fundacional, trasladan la época de esplendor portuario de la localidad.