El museo masónico de Washington.
Abierto los siete días de la semana, por su importancia es necesario decir que más que un monumento a George Washington, insigne miembro de esa comunidad, es un museo de trascendencia y gran atracción turística para un destino de tanta historia cultural como es Washington.
Aparte de sus salas de exposición técnicamente distribuidas, es un lugar propicio para la investigación, posee una completa biblioteca, es sede comunitaria donde se reúnen muchos miembros, centro de artes escénicas y en su sala de conciertos, se ofrece una programación de alta calidad.
Por la belleza del lugar, es escenario de elegantes banquetes y celebraciones, un sitio agradable para el encuentro entre visitantes de logias masónicas y organizaciones locales. Y desde luego, un sitio de gran valor donde se honra y mantiene viva la memoria, las características personales, las virtudes y valores de un hombre histórico, George Washington, primer presidente de Estados Unidos, quien ejemplifica como nadie lo que son y deben ser los masones.
El fondo museístico contiene entre sus muchas obras de valor, una excelente réplica del Mandil que Washington le envió a Lafayette, una prenda de cuero o tela fuerte que sirve para proteger la ropa, antes de su regreso definitivo a Francia en el año de 1872. Este gesto de Washington fue en agradecimiento por la participación del político francés en la independencia de Norte América.
A los visitantes se les recomiendan una serie de observaciones dentro del museo. Es prohibido fumar, comer y beber, portar mochilas o bolsas, no se permite el ingreso de coches con bebés, así como de mascotas.