Asia: Obon, el festival de los muertos de Japón
La cultura japonesa es atractiva alrededor del mundo por mantener sus tradiciones casi intactas en los últimos siglos. Su gran contenido de arte, gastronomía, música y danza hacen que cualquier persona quiera sumergirse, aprender y disfrutar de lo que la nación del sol naciente tiene por ofrecer. Entre sus grandes festivales, se encuentran Obon, conocido como el de los muertos en el país asiático.
También conocido como O-bon, es un festival que sucede de manera anual en Japón, su principal premisa es que por estos días los muertos regresan del inframundo para visitar sus hogares en la tierra, como otra de las razones que podría justificar que existe una verdadera relación entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Se ha demostrado que esta celebración tiene como origen el sutra budista, Urabon-kyō.
A pesar de su nacimiento, a través de los años logró concretarse como algo inherente a la cultura nipona, no solo hablando a nivel religioso y cultural, también como oportunidad de interacción social con la comunidad.
Se celebra desde hace más de 500 años, durante el día número 15 del séptimo mes, es decir, en julio, aunque en diferentes regiones se lleva a cabo en agosto, que es algo más común o usual, a partir del 13 y finaliza el 15 del mismo mes.
Las personas viajan hasta sus ciudades natales para pagar tributo a sus familiares difuntos, algunos se pintan el rostro como personajes tradicionales japoneses. Igualmente, suelen manifestarse danzas populares como el Bon Ondori, con movimientos sencillos para que cualquiera pueda participar sin importar sus habilidades.
Retomando el tema de su origen, según las escrituras uno de los discípulos de Buda encontró a su madre viviendo en el Reino de los Fantasmas Hambrientos, donde los espíritus sufren un hambre y sed insaciable. Cuando él fue hacia ella con un tazón de arroz, el ente se convirtió en llama. Así Buda le ordenó que trajera comida y bebida para sus padres fallecidos y que los monjes se presentaran con ofrendas el día 15 de la séptima luna, esta expresión de gratitud y respeto los liberaría de sus infernales tormentos, manifestó el representante religioso.
El primer día del Obon comienza con mukaebi, una fiesta acompañada de antorchas encendidas y linternas para que los espíritus estén guiados hasta sus hogares. Las tradiciones varían según las regiones, muchas familias suelen erguir dos shōryō-dana, que son unos altares hechos con frutas, incienso y flores, uno está dedicado a sus propios ancestros, el otro para cualquier espíritu que todavía no haya encontrado paz.
Otro de los rituales comunes durante el festival Obon es ohakamairi, que consta de limpiar y decorar las tumbas ancestrales, servicios de oración en los templos y preparar comidas especiales.