En pocos días la compañía Boom Supersonic realizará los primeros vuelos del prototipo con el que aspira a liderar la nueva generación de aviones ultra veloces
Boom Supersonic va a probar su avión supersónico XB-1 en sus instalaciones en Centennial, Colorado, el próximo miércoles, cuando mostrará la aeronave al público por primera vez.
El prototipo podría ser un hito en el mercado de los aviones supersónicos: el soviético Tupolev solo voló unas pocas veces en 1977 y el Concorde que volaban British Airways y Air France en 1976 se retiró en 2003 tras un fatal accidente que tuvo lugar tres años antes, así como por varios problemas económicos.
En un año, el avión tan esperado
«Vamos a ser supersónicos a finales del año que viene», ha apuntado el fundador y CEO de la empresa, Blake Scholl, a Arstechnica.
Este evento va a marcar el paso del diseño y desarrollo del avión a la etapa de pruebas, ha añadido.
Boom quiere construir una nueva generación de aviones supersónicos de pasajeros y venderlos a las aerolíneas
La aeronave de 21 metros de largo empezará a probarse en el tercer trimestre de 2021, esto es, un año más tarde de lo que inicialmente había planeado la compañía.
La nueva generación
Boom, fundada en 2014, quiere construir una nueva generación de aviones supersónicos de pasajeros y venderlos a las aerolíneas, idealmente antes de que termine la década. Ya ha vendido naves Overture por valor de 6.000 millones de dólares, asegura.
Estos aviones llevarán a entre 65 y 88 pasajeros y volarán por debajo de la velocidad del sonido sobre tierra y a velocidades supersónicas cuando lo haga sobre agua, lo que supone más del doble de rápido que los aviones actuales.
La carrera supersónica
El mercado de los aviones supersónicos está impulsándose: Rusia ha vuelto a entrar en la carrera de estos aviones cuatro décadas después de que el Tupolev Tu-144 dejara de volar, y lo está haciendo con su Instituto Zhukovsky, entidad encargada de diseñar y fabricar un avión que pueda superar los 2.000 kilómetros por hora.
Pero los ingenieros rusos describieron algunos retos como “encontrar soluciones efectivas ante el problema de los ruidos muy altos y la explosión sónica, incrementar la eficacia de los motores y reducir las emisiones dañinas con el medio ambiente”, describió el director general del centro, Andrei Dutov.
La competencia entre Rusia y EEUU
Y es que crear una de estar aeronaves no está siendo fácil. Por ahora, Rusia se encuentra muy lejos de sus competidores norteamericanos y británicos, que llevan años en carrera por retomar el sueño de los aviones supersónicos.
Estados Unidos nunca ha conseguido desarrollar un avión supersónico tras sus fracasos con el B2707
Entre ellos se encuentra la NASA con Lockheed Martin con su modelo X-59 (que aspira a ser el más silencioso de mercado), Boom Supersonic con su XB-1, Aerion con el AS2 (que asegura que comenzará a volar en 2024) e incluso Boeing, que cada tanto desempolva sus proyectos.
Lo cierto es que Estados Unidos nunca ha conseguido desarrollar un avión supersónico tras sus fracasos con el B2707, pero sigue luchando por recuperar el sueño.