Construida con ladrillos de adobe, actualmente conserva una altura de 50 metros por 106 metros de base. A partir de este verano podrá visitarse y conocer los laberintos y pasadizos de su interior.
Egipto es un país absolutamente fascinante. La cantidad de restos arqueológicos de los antiguos egipcios es innumerable y cada temporada de excavaciones este número aumenta, desvelando los enigmas de los distintos faraones que gobernaron en ellas. Además de los constantes descubrimientos arqueológicos, Egipto continúa con su política de abrir al público tumbas y monumentos que han sido restaurados.
Este es el caso de la pirámide del faraón de la dinastía XII del Reino Medio Sesostris II (1845-1837 a.C.), en la localidad de Lahún, a 60 kilómetros al sur de El Cairo, la cual puede ser visitada por primera vez en su historia tras haber sido sometida a una minuciosa restauración que ha durado un año.
La pirámide, a diferencia de sus predecesoras de Gizeh, se construyó con ladrillos de adobe y actualmente conserva una altura de 50 metros por 106 metros de base. Resulta especialmente curioso que su entrada se localiza en la cara sur en lugar de la norte, como es habitual en este tipo de construcciones. Un laberinto de pasadizos en su interior conduce al visitante hasta la cámara funeraria del faraón, donde se conserva su monumental sarcófago de granito rosa. Una razón más para visitar el país de las pirámides y los faraones.