Venezuela: En la cima del mundo perdido
Arthur Conan Doyle se inspiró en estos lugares para escribir El mundo perdido. Se trata de los tepuis, altas mesetas de abruptas paredes y cimas muy planas que se elevan en una vasta región de América del Sur que abarca parte de Venezuela y de Brasil, Guyana, Surinam, Guayana Francesa y una pequeña porción de Colombia. En sus cimas, donde el escritor imaginó que vivían enormes dinosaurios, la bióloga venezolana Patricia Salerno, doctorando de la Universidad de Texas, estudia, entre otros animales, unas extrañas ranas únicas de estos lugares. Becada por la Sociedad, Salerno y otros científicos de la Fundación La Salle de Caracas investigan en concreto las especies presentes en las cumbres venezolanas de los tepuis del macizo de Chimantá y Salto Ángel. «Hay multitud de endemismos, tanto de anfibios como de plantas e insectos», dice la bióloga. Cada uno de los tepuis, ecosistemas aparentemente aislados de las tierras bajas aledañas, constituye un universo exclusivo. De momento, Salerno ha recolectado ejemplares de especies de anfibios poco documentadas y ha inventariado una nueva especie de rana. Con los datos obtenidos, intentará averiguar qué rol desempeñan los tepuis en la diversificación biológica. —Eva van den Berg