Croacia: La Costa Dálmata
Croacia despliega una estela de islas y ciudades monumentales entre la bella Dubrovnik y Zadar. Esta ruta remonta la costa en velero y se adentra en el interior para admirar los lagos Plitvice
Dubrovnik
Este viaje por mar empieza en uno de los puertos más antiguos y emblemáticos del Adriático, el de Stara Luka, que desde hace siglos custodia las murallas de la inexpugnable, impresionante y altiva Dubrovnik. Una soberbia muralla rodea la antigua Ragusa. El recorrido por el paseo de lizas ofrece vistas excepcionales.
Plaza Luza
Durante los siglos XV y XVI Dubrovnik –antigua República de Ragusa– plantaba cara a la todopoderosa República de Venecia y competía con ella por el control marítimo en la zona. La Placa, la avenida que cruza el centro de Dubrovnik, desemboca frente al palacio Sponza y la iglesia de San Blas (en la fotografía, al fondo y a la derecha, respectivamente).
Isla de Hvar
Un caserón del siglo XVIII se erige en un extremo de la recoleta playa de Dubovica, a solo 8 km del puerto de Hvar. Se pronuncia «juár» y la isla no es de ningún modo un lugar exclusivo. Más allá de los bares chill out, los cócteles de diseño y los barcos recreativos, se trata de una isla tranquila y rural.
Parque Nacional Krka
Bilušića, Brljan, Manojlovac, Rošnjak, Miljacka, Roški y Skradinski son los nombres de las siete cascadas por las que el río Krka va saltando desde su nacimiento cerca de Knin hasta alcanzar el mar a la altura de Sibenik. A lo largo de su recorrido, el Krka forma también cañones angostos, cuevas y lagos de aguas calmas, como el Brljansko o el de Visovac. El parque cuenta con una red de senderos y caminos para bicicletas, así como barcas que navegan por los lagos; también puede visitarse la cueva de Ozidana, que ofrece la oportunidad de descubrir la composición kárstica del parque.
Isla de Brac
Es una de las 50 islas habitadas de Croacia. Detrás de la playa del Cuerno de Oro se alza el monte Vidova Gora (778 m), el techo de las islas del Adriático. Aseguran los isleños que los corderos de Brac son los mejores del Mar Adriático y de ellos lo aprovechan todo: la carne, la leche y también las vísceras, con las que elaboran el tradicional vitalac.