La Habana: Viaje a Cuba en Crucero – Primera Parte
Entre mis resoluciones cuando comenzó el 2018 estaba celebrar mi aniversario de bodas, que se cumplía en diciembre, de forma memorable. Entonces pensaba en grandes viajes y en un “fiestón” reuniendo gente querida y familia, tal cual lo había hecho en las Bodas de Plata.
Pero “uno propone y Dios dispone”… y el año trajo consigo circunstancias que fueron poniendo un orden diferente, pero el empeño de que nuestro aniversario se diera celebrando, no podía cambiar. Bajo esa premisa, me entero de que hay barcos cruceros visitando Cuba, partiendo desde Miami y que habían viajes programados para esas fechas.
Antes del Viaje
Descubrí que hay varias líneas de crucero que viajan a Cuba desde los puertos de Miami y Fort Lauderdale y me gustó uno de MSC que visita Montego Bay, Gran Caymán, Cozumel y La Habana, quedándose por una noche en el puerto cubano. Para estas fechas, otras líneas como Royal Caribbean, Holland America, Oceania y Regent, también llegan a Cuba partiendo de Florida. Mejor aún, dentro del barco te facilitan la visa por un total de $75/persona para que, junto con tu pasaporte, bajes al llegar a Cuba.
No sé si por el corto tiempo que hubo entre mi decisión y la fecha del viaje o porque efectivamente el destino tiene gran demanda, pero el tipo de cabina que queríamos reservar estaba “sold-out” hasta febrero. Sin embargo, a través de una agencia de viajes conseguí una reservación garantizada por una opción menos interesante y así compré pasajes de avión y el crucero con impuestos y propinas.
La primera agradable sorpresa me llega una semana después cuando, siguiendo las instrucciones de la agencia de viajes, hago “check-in” por Internet con la línea de cruceros. ¡Me habían asignado una suite en uno de los “decks” más altos y con privilegios! De esta forma, pude conocer los “amenities” del barco, cuya línea no conocía, y verificar las opciones de excursiones que ofrecían en cada puerto. Me limité a comprar la de Montego Bay porque era el primer puerto y ya lo había visitado. Luego recibí todos los documentos que debía llevar al momento de embarque por Internet y todo fluyó muy bien.
Mi entusiasmo fue creciendo según se acercaba la fecha y aunque debía dejar mucho trabajo listo antes de partir, tuve la oportunidad de compartir mis planes inmediatos y otros futuros con unos pocos amigos. Así es como, mientras pasaba una agradable tarde entre amigas, se me facilita la oportunidad de llegar a La Habana con arreglos de transportación ya programados, con gente buena y profesional. Entonces le comentaba a mi esposo cómo todo se iba “alineando” para disfrutar del viaje al máximo, algo que sin lugar a dudas sucedió, particularmente en Cuba, que era lo que más nos interesaba.
Mejor aún, viajamos a Miami, ciudad que vamos conociendo muy de cerca y donde el mismo día del aniversario recibimos una bendición especial en la misma iglesia donde pronto se casa nuestro hijo.
El barco
A través de los años, hemos viajado por la línea Celebrity Cruises, que es “hermana” de Royal Caribbean, pero promueve un ambiente más relajado y elegante, y hemos hecho recorridos por todo el Caribe, la Riviera Maya, Europa, el Mediterráneo y varios Transatlánticos de reposición desde San Juan y Miami hasta y desde España y Londres. Por las agradables experiencias con esta línea, hemos repetido con ellos y acumulado privilegios. Quiere decir que, aun siendo un buen barco el MSC Armonía, pudimos notar diferencias, especialmente porque los barcos que esta línea italiana tiene en la ruta, no son los más lujosos, sin que con ello falten al confort que se espera y su relación precio-calidad sea justa. Nuestra cabina era excelente, con balcón, igual que lo fue el servicio por parte de quien la tenía asignada. La comida también es buena y mejor aún, la opción de pagar adicional (muy poco) por alternativas más “gourmet” hace que mejore la experiencia. La primera noche en el comedor tardaron en servir porque comenzaban con un nuevo menú e iban “a capacidad”, pero eventualmente todo fluyó perfecto, gracias a las atenciones de las dos personas que tenían a cargo nuestra mesa en el salón comedor asignado a las cabinas superiores.
Los “shows” estaban a cargo de excelentes bailarines y cantantes, por lo que disfrutarlos antes o después de cenar se convirtió en una agradable rutina. Igualmente el área de compras tenía buenas opciones a excelentes precios. El barco cuenta con casino, un Rum Bar auspiciado por Bacardi y otros bares y “lounges” donde los viajeros se reúnen a diferentes horas para disfrutar de itinerarios de entretenimiento que incluyen música y baile. El area de las piscina está bien pensada, pero la verdad casi no la usamos porque sólo estuvimos un día completo en el mar y llovió.
En viajes anteriores saliendo de puertos de Florida, mi percepción había sido que el viajero que llenaba el barco era mayoritariamente americano. En esta ocasión, parecían ser muchos más los europeos, asiáticos y puertorriqueños, algo que era evidente donde quiera que nos sentábamos a compartir y en las dos excursiones que terminamos escogiendo en Montego Bay y Cozumel.
Los Puertos
El barco tiene una buena y variada oferta de excursiones en cada puerto. Mi sugerencia siempre es escoger lo que nos interesa y comparar precios de lo mismo con otros suplidores en puerto, tomando en consideración si el lugar al que se llega es “amigable” como es el caso de Cozumel y Grand Caymán. Aquellas excursiones que sean a lugares alejados, que duren muchas horas y conlleven algún riesgo en torno a seguridad física o de transportación, deben comprarse en el barco.
Ya habíamos visitado todos los puertos del itinerario menos el de La Habana y hecho otras excursiones. Por eso, en Montego Bay escogimos visitar una antigua plantación de caña donde se restauró la mansión que habitó su terrible dueña, alrededor de cuya vida hay infinidad de historias. Realmente era la excursión más corta y permitía algo de “shopping”, pero nos encontramos con un tráfico infame que es común a cualquier hora del día en esta ciudad, la segunda más grande de Jamaica. El “shopping” fue limitado, igual que una breve visita a un Margaritaville donde algunos quisieron tomarse una cerveza o un trago. En un viaje anterior habíamos disfrutado una excursión eco-turística por un rio que recuerdo como más placentera.
En Grand Cayman escogimos ir a nadar con delfines y mantas, pero nuestra experiencia en Cozumel en un viaje anterior supera la de esta vez, aunque es la misma compañía la que administra. Grand Cayman es un buen lugar para duty free shopping y para otros deportes acuáticos que representan mejores alternativas que la que seleccionamos. Aún así, lo pasamos muy bien.
Cuando llegas al puerto de Cozumel, te encuentras con que igual que te puedes quedar “shopping” en las cercanías del puerto, puedes montarte en un maravilloso ferry que te lleva del lado de Playa del Carmen. La oferta de Cozumel en torno a excursiones es espectacular, cual de ellas mejor. Habíamos estado antes, pero del abanico de atracciones nos faltaba ir al parque ecológico Xcaret, el más grande de Latinoamérica, que incluye infinidad de atractivos. Allí comenzamos por nadar por el rio subterráneo, fuimos al mariposario, almorzamos en uno de muchos bufés que tienen y vimos varias de las atracciones alrededor del inmenso parque. Teníamos 4-5 horas y caminamos “como es”… Al bajar del y regresar al “ferry” atravesamos caminando el centro de compras de Playa del Carmen y nos fuimos con la idea de que debemos regresar por avión, quedarnos en Playa del Carmen y disfrutar todo lo que esta zona tiene que ofrecer. El lugar cuenta con un área divina de “shopping” y “dining”, con calidad a excelentes precios. Por ello, sugerimos a aquellos que viajen en crucero a Cozumel y no interesen participar de otras excursiones, irse a Playa del Carmen como una excelente opción que solo conlleva tomar el “ferry”.