Mundo: 14 ciudades fantasma del mundo
El paisaje desolador que caracteriza estos lugares produce una sensación de enigmática atracción en el visitante, que se adentra en un pasado todavía latente
Una bola del desierto (o un estepicursor) cruza de lado a lado delante de nuestra mirada. Las calles de la ciudad están completamente vacías y los edificios abandonados. El eco de un ruido lejano resuena en las montañas y nuestra presencia es la única señal de vida que somos capaces de percibir. Ante un panorama como este, se puede afirmar que nos encontramos en una auténtica ciudad fantasma.
Víctimas de la historia o de la naturaleza, las ciudades abandonadas son una ventana al pasado de sus habitantes. Caminar entre sus calles deshabitadas permite dejar volar la imaginación y formar parte, por unos breves instantes, de la realidad de unas ciudades que un día estuvieron llenas de vida.
Bodie, Estados Unidos
Los tejados de madera de las casas de Bodie permanecen intactos y solitarios desde la década de 1960. Este pueblo fantasma es fruto de la fiebre del oro del siglo XIX, cuando se descubrieron varias vetas de este precioso metal que hizo ricos a sus habitantes: llegaron a extraerse 400.000 dólares al mes. La población pasó de 20 habitantes a 10.000 en tan solo 20 años, ¡y llegaron a abrirse 65 saloons! La Gran Depresión del siglo XX y la Segunda Guerra Mundial terminaron con la bonanza económica del lugar, que sería progresivamente abandonado.
Bhangarh, India
Construida a finales del siglo XVI, la ciudad fantasma de Bhangarh ha permanecido 400 años abandonada. Cuenta la leyenda que, bajo el reinado del maharajá Bahgwant Das, esta ciudad situada en el Rajastán, India, creció y se embelleció con suntuosos edificios reales, algo que el monarca había prometido no hacer bajo amenaza de la maldición de un gurú. Se cree que el maleficio se hizo realidad cuando algún tipo de desastre natural azotó la ciudad, pero lo cierto es que en 1720 fue conquistada y a partir de entonces empezó su declive hasta verse abandonada por completo.
Pripyat, Ucrania
En Pripyat, una localidad creada para alojar los trabajadores de la central nuclear de Chernóbil, el tiempo se detuvo un 26 de abril de 1986. El aspecto de todo lo que queda en la ciudad parece haber sido abandonado de un momento para otro, sin mirar atrás. 24 horas después de la explosión del reactor de la central, la ciudad fue evacuada y ha permanecido intacta desde entonces. Visitarla supone hacer un viaje en el tiempo en el que todavía se pueden contemplar símbolos comunistas y multitud de objetos personales de los antiguos habitantes.
Belchite, España
Las ruinas del pueblo de Belchite nos cuentan una de las batallas más duras y simbólicas de la Guerra Civil española. Tomado por el bando franquista en 1937, Belchite fue atacado por las tropas republicanas para desviar la atención del frente norte del país. El resultado es todo lo que queda en pie hoy en día, un pueblo reducido a ruinas. Dado su pasado convulso, actualmente se ha convertido en un lugar de peregrinación para investigadores paranormales, que dicen haber encontrado presencia de actividad sobrenatural.
Herculano, Italia
La catástrofe natural que supuso la erupción del Vesubio, hace casi 2.000 años, es a su vez la responsable tanto de la desaparición de la vida en Herculano como de la siempre sorprendente conservación de sus ruinas. Aquella mañana de agosto –según se cree– del año 79 d.C., los habitantes de esta población romana vecina de Nápoles quedaron calcinados bajo la lluvia de ceniza y roca ardiente que cayó sobre la ciudad. 20 siglos más tarde, una visita a Herculano nos permite imaginar a la perfección cómo era la vida entre sus calles.
Kolmanskop, Namibia
El vasto desierto del Namib –que se extiende a lo largo de toda la costa del país– es ahora el principal habitante de Kolmanskop. Desde que esta ciudad minera alemana fuera abandonada a principios del siglo XX, la invasiva arena desértica se ha apoderado de la mayoría de sus edificios. Las primeras construcciones fueron levantadas en 1908 y desde entonces se empezaron a explotar sus alrededores, que proporcionaron a los colonos grandes cantidades de diamantes. Sin embargo, tras la Primera Guerra Mundial, las cantidades de diamantes se redujeron y la ciudad fue abandonada.
Corbera de Ebro, España
Los pilares y los arcos de la iglesia vieja de Sant Pere sostienen, orgullosos, las ruinas de lo que un día fue un solemne edificio gótico del pueblo de Corbera de Ebro, en Cataluña. La batalla del Ebro, una de las más sangrientas de la Guerra Civil española, pasó por encima de esta localidad tarraconense y la dejó tal y como se puede contemplar ahora: apenas algunos muros de pie que recuerdan el pasado tranquilo de las familias campesinas que antaño la llenaron de vida.
Kayaköy, Turquía
La antigua ciudad de Livissi, construida alrededor del siglo XVIII, terminó siendo víctima de la encarnizada guerra turco-griega de principios del siglo XX. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, de repente las comunidades griegas instaladas en la costa oeste de Turquía se encontraron en territorio enemigo y tuvieron que huir o enfrentarse a un destino incierto. Cuando terminó este conflicto –que se alargó hasta 1922– Kayaköy había quedado desierta, con el mismo aspecto que ofrece en la actualidad.
umberstone y Santa Laura, Chile
Por su aspecto, bien podría ser un pueblo del oeste americano. Pero las ruinas del pueblo minero de Humberstone emergen entre las llanuras del majestuoso desierto chileno de Atacama. 150 años después de la época dorada que proporcionó la extracción de salitre, la experiencia de visitar esta localidad abandonada por completo en 1960 ahora también puede hacerse por la noche. Todavía más espeluznante, si cabe.
Craco, Italia
Este pueblo abandonado fue, durante la Edad Media, una localidad próspera que llegó a albergar a alrededor de 2.500 habitantes, una universidad, cuatro palacios nobiliarios y una torre, cuyo perfil sigue siendo una de sus señas de identidad. Su privilegiada ubicación en la cima de un promontorio del valle de Cavone, junto con el aura de misterio que la caracteriza desde su abandono en 1922, ha convertido a Craco en escenario de algunas películas como 007: Quantum of Solace o La Pasión de Cristo.
Oradour-sur-Glane, Francia
Tras el Desembarco de Normandia en junio de 1944, y con la Segunda Guerra Mundial próxima a su fin, una división blindada de las Waffen-SS se detuvo en Orador-sur-Glane en su camino de regreso a Alemania. Tenían órdenes de tomar represalias contra los civiles, y así lo hicieron. La masacre de Oradour-sur-Glane terminó con toda la población, incluyendo a los niños, tras lo cual se procedió a reducir la ciudad a cenizas. Hoy en día, sus ruinas son un siniestro recuerdo de la peor cara de una de las grandes guerras del siglo XX.