Barcelona: Arenal; el ansiado regreso a los restaurantes de toda la vida.
Para celebrar la vuelta a los restaurantes nada mejor que hacerlo con un homenaje a la cocina marinera a pasos del Mediterráneo
Hagamos una apuesta: seguro que en esta semana de reapertura de bares y restaurantes la gente no irá a buscar locales nuevos o que nunca hayan visitado, sino que atrapados por la nostalgia regresarán a los sitios donde siempre han disfrutado de sus platos y bebidas.
A pesar de las restricciones en el aforo, seguramente así será la clientela del restaurante Arenal, uno de los pocos lugares donde uno puede comer uno de los mejores arroces de Barcelona a pocos metros del mar. Literalmente.
El recuerdo de los viejos chiringuitos
El Arenal se encuentra en los porches por debajo del Paseo Marítimo de la capital catalana, una solución que en los ‘90 encontró el ayuntamiento local tras las protestas por haber eliminado a los chiringuitos y restaurantes de toda la vida de la Barceloneta, en aras de modernizar la ciudad para los Juegos Olímpicos.
Su apertura fue hace 15 años, “y nos dijeron que estábamos locos, porque todavía la gente de Barcelona le daba la espalda al mar”, recuerda el director general de Grupo Arenal, Jordi Fané.
O para precisarlo mejor: los barceloneses preferían buscar las playas del Maresme, Sitges o la Costa Brava; y las costas de la ciudad quedaban en manos del aluvión turístico que fue creciendo año a año.
La excepción en la marea turística
El Arenal se consolidó como una excepción frente a esa tendencia: mientras que los locales del Paseo Marítimo ofrecían menús pensados solo para el turismo y a precios más cercanos a Londres que al bolsillo autóctono, este restaurante de comida marinera captó un público mayoritario de barceloneses, que volvían una y otra vez para degustar sus variedades de arroces y tapas.
Mientras que muchos restaurantes y bares del Paseo Marítimo de Barcelona diseñaban sus cartas de cara al turismo, el Arenal siempre planteó una propuesta para el público local
“Nuestra clientela siempre ha sido un 60% de locales y un 40% extranjeros”, recuerda Fané, en una estadística que por el coronavirus ha cambiado radicalmente a favor de los lugareños.
“La idea, desde el principio, fue ‘¿qué le gustaría encontrar a la gente de Barcelona, qué ofrecer para que se sienta en casa?’”, detalla el director del restaurante.
Honor a la cocina marinera
Su cocina gira en torno a la tradición marinera, con diferentes variedades de arroces como protagonista.
Y una agradecida particularidad: aquí sí es posible pedir un plato de arroz por persona (y aunque para esta opción haya que esperar unos 20 minutos, vale la pena).
Las variedades de arroces pueden ser con verduras de temporada, el caldoso de cigalas y almejas, el negro de pescadores, las clásicas fideuá y paella de mariscos o la variedad de mar y montaña.
Sin problemas de horarios
La popularidad de estos platos, en épocas en que el restaurante tenía que atender a una demanda diaria de 300 cubiertos, les llevó a desarrollar una variedad de fumet de marca propia, deshidratada, que garantiza que se puedan probar estos platos en cualquier horario y sin perder un ápice de calidad.
Si es la primera vez que se pisa este local, quizás lo más indicado sería apostar como plato principal por el arroz de bogavante, ya sea caldoso o seco. No dude en compartirlo, no solo por su abundancia, sino porque también hay que tener en cuenta el interesante surtido de tapas.
El despliegue de tapas
Estos meses hay que aprovechar los productos de temporada, como las setas que se encuentran en las croquetas combinadas con foie.
El Arenal es uno de los pocos restaurantes donde permiten que un solo cliente pueda pedir un plato de arroz, aunque visto el tamaño de las porciones lo mejor es compartirlos
En nuestro caso, la degustación de entrantes fue con unas tiernas alcachofas con foie, unos chanquetes con ceps confitados con huevo y chistorra con aceite de trufa negra y unos tallarines al Martini de reciente creación.
Los platos principales
Entre los platos principales, se puede optar por frutos de mar como el pulpo a la parrilla con verduras y salsa ligera de romesco, el desafiante bogavante al estilo Arenal, el clásico filete de dorada a la plancha con patatas confitadas o el morro de bacalao confitado con tomates cherrys, cebolla y miel de romero.
Pero también hay opciones para los carnívoros, como el roast beef de lomo de buey con patatas pont neuf y salsa de Ratafia; o el solomillo de ternera a la parrilla con parmentier de patatas fritas, trufa negra y aceite de mostaza.
De los postres, entre el tiramisú con helado de café, la semiesfera de vainilla con corazón de mango y el óvalo de chocolate crunch con cacahuetes y caramelos, es difícil decidirse por uno.
A metros del Mediterráneo
Depende de las bebidas elegidas, comer en el Arenal cuesta entre 35 y 50 euros por persona.
En un ambiente cuya decoración recuerda la vida marinera del barrio, si el clima ayuda se puede comer en la terraza o tomar uno de sus cócteles a pocos metros de la orilla del Mediterráneo, una imagen que deseábamos volver a contemplar tras un año tan difícil.