Curiosidades: Bosques para vivir
Si ya tienes suficiente ciudad y quieres cambiar museos y tiendas por naturaleza, aquí tienes diez escapadas para oxigenarte
A veces se atraganta tanta ciudad, la modernidad conectada en mil redes sociales, el asfalto, el tráfico, los patinetes. Cuando eso ocurre, hay que sentir la llamada íntima de la naturaleza. Hay que irse a los bosques, a caminar, a notar el olor de la tierra mojada, a escuchar el sonido de las hojas, oxigenar pulmones, acariciar la textura de los árboles. Ir a los bosques, como pedía Thoreau, para pensar en las cosas esenciales de la vida, para vivir profundamente, para como dejó escrito: “no darme cuenta, en el momento de morir, de que no había vivido”.
El castañar de El Tiemblo (Ávila)
Este magnífico bosque de castaños cuenta con un conocido ejemplar centenario que se ha convertido en el reclamo más popular de la Reserva Natural del Valle de Iruelas a la que pertenece. El pueblo de El Tiemblo es el punto de partida de una excursión que llega hasta el castaño centenario y que permite deleitarse con el impresionante contraste cromático de castaños, sotos, robles, servales, acebos y pinos. Se trata de una ruta de 4 kilómetros de trazado bastante suave y muy fácil de realizar.
Selva de Irati (Navarra)
Ubicado en entre los valles de Aezkoa y Salazar, es un extenso territorio (17.195 Ha) de gran valor natural y ecológico, considerado como uno de los mayores hayedo-abetales de Europa. Para conocer Irati existe una red de 16 senderos señalizados que facilitan el recorrido. Los denominados SL son caminos balizados en verde y blanco, con panel de inicio y con una longitud inferior a 10 kilómetros aptos para todas las edades.
Saja-Besaya (Cantabria)
Flanqueado por los ríos Saja y Besaya, es el parque natural más extenso de Cantabria y alberga los bosques caducifolios mejor conservados de la Cordillera Cantábrica. Robles, alisos, hayas, acebos y abedules se alían con sus tonos dispares para crear un gran espectáculo otoñal. Existen numerosas rutas para recorrerlo, una de ellas es la que va desde el pueblo de Bárcena Mayor al de Ozcaba (12 km ida y vuelta) y que atraviesa bosques de castaños, robledales y hayedos.
La Fageda de’n Jordà (Cataluña)
En el corazón de la comarca de la Garrotxa, se trata de uno de los hayedos más espléndidos de Catalunya. Enclavado en el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, este bosque crece sobre la colada del antiguo volcán Croscat. Su suave relieve lo hace ideal para recorrer en excursiones a pie, a caballo o en carro. Dentro del hayedo se pueden seguir varios itinerarios señalizados de distinta dificultad y duración. El más popular es el sendero Joan Maragall, de poco más de un kilómetros de longitud, que parte del monolito dedicado al ilustre poeta catalán.
Fuentes Carrionas (Palencia)
En plena montaña palentina, este parque natural es refugio del oso pardo y formado por bosques de sabinas, sobre todo en el valle del Pisuerga donde destacan extensas masas arboladas que flaquean el río. Una de las rutas más asequibles del parque es la que lleva hasta el Bosque Fósil de tres kilómetros de longitud y que parte de Cervera de Pisuerga.
Sierra de las Nieves
Situado en plena comarca natural de la Serranía de Ronda malagueña, alberga importantes bosques de pinsapos.Sierra de las Nieves. Málaga. El parque, catalogado como Reserva de la Biosfera, alberga importantes bosques de pinsapos que sobreviven en su interior. Este abeto mediterráneo se halla en las zonas frías y umbrías; es una reliquia botánica que se remonta a la época glaciar de la península. Situado en plena comarca natural de la Serranía de Ronda, una de las mejores formas de conocer las especies que pueblan sus bosques es la excursión hasta un espectacular ejemplar de pinsapo llamado de las Escaleretas, que tiene entre 350 y 500 años de antigüedad y unas medidas colosales.
Hayedo de Tejera Negra (Guadalajara)
Este excepcional bosque de hayas, uno de los más meridionales de Europa, esta situado entre los valles del río Lillas y el del Zarzas, en un paraje de belleza extraordinaria formado por profundos barrancos que son sobrevolados por el águila real, el azor y el Milano real. El hayedo forma parte del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara.
Parque Natural de Gorbeia (entre Álava y Vizcaya)
Debe su nombre al pico homónimo de 1.482 metros de altitud. Una red de 14 sendas –unas comienzan en la vertiente alavesa y otras en la vizcaína– permiten descubrir los bellos parajes de este espacio protegido. Hayedos y robledales cubren buena parte del territorio, principalmente en su vertiente meridional, donde destaca el extenso hayedo de Altube. La excursión más típica es ascender a la famosa Cruz.