Destinos: Destinos con «V» de Verano
Destinos de Europa con nombres que empiezan por «v»
Viena
La capital austriaca tiene mucho de todo. A la contundencia barroca y rococó de sus palacios imperiales, hay que añadirle un casco antiguo de calles empedradas con tabernas oscuras, en el que Mozart vivió algunos años y se erige la bella catedral de San Esteban, y por donde apetece pasear en busca de alguno de sus cafés históricos. Viena también aporta una amplia visión de la Europa contemporánea con sus interesantes muestras de Art Nouveau y sus museos de arte, como el Albertina y el Museum Quartier.
Venecia
Una de las ciudades del amor; Venecia es el conjunto de 118 pequeñas islas hechas ciudad. Su centro histórico fue declarado como Patrimonio de la Humanidad por su autenticidad y el valor de sus palacios; algo que, por otra parte, no pasa desapercibido para los turistas que acuden a la ciudad. Tampoco pasó por alto a napoleón Bonaparte, que dijo de la Plaza de San Marcos, que era “el salón más bello de Europa”. Al fondo de la plaza, la Basílica de San Marcos, una de las más bellas de Italia, se recorta inconfundible en el horizonte. Iglesias, artesanía, gastronomía, y un romántico paseo en góndola mientras se sueña con una historia de amor en uno de los muchos palacios que dan a los canales son parte de los planes para una escapada a Venecia.
Versalles
Durante los meses de verano se celebran en los jardines de Versalles las Grandes Aguas Musicales y las Grandes Aguas Nocturnas, dos espectáculos en los que la música barroca pone banda sonora al fluir de las fuentes habitadas por seres mitológicos y rodeadas de bosques y parterres. En el siglo XVIII, el rey de reyes francés, Luis XIV, mandó construir esta fantasía de palacios, jardines y fuentes para convertirla es su morada y en la de su corte. Situada a diecisiete kilómetros de París, conviene también visitar la ciudad de Versalles con el casco histórico de Saint Louis, sus elegantes restaurantes donde es posible disfrutar de le exquisita cocina francesa, el barrio de Notre Dame con su teatro Montansier y su arquitectura del siglo XVIII y un gran abanico de comercios y servicios y varios mercados en los que la compra y el paseo se convierten en una delicia.
Verona
En la región del Véneto se asienta esta ciudad famosa desde que Shakespeare situara en ella la historia de Romeo y Julieta. Los escenarios de la obra son hoy etapas de un paseo que reconstruye la tragedia y a la vez muestra la arquitectura del centro medieval, en la lista de la Unesco desde el 2000. Pero Verona tiene raíces más lejanas, y así lo muestran el anfiteatro romano de la Arena (siglo I), meca de conciertos clásicos, y la iglesia románica de San Zeno Maggiore, con cimientos del siglo IV. En Verona resulta un placer pasear por la plaza delle Erbe, animada con cafés, y por la Dei Signori, la más monumental.
Valencia
Una de las ciudades más atractivas del Mediterráneo vive en verano su punto más álgido. ¿Quién no aprecia una buena paella con vistas al mar? ¿Por un paseo por su casco antiguo repleto de la mejor arquitectura medieval y modernista? ¿O por una incursión en el mundo de la ciencia en el Oceanográfico o en las sesiones especiales del Planetarium para observar el Universo acompañados de buena música? Es recomendable subir al Micalet por su escalera de caracol hasta salvar los 207 escalones y una vez arribar deleitarse con la mejor visión panorámica de la ciudad.
Varsovia
La Ciudad Vieja es uno de los lugares más pintorescos de la ciudad. Varsovia, la actual capital de Polonia, se erigió a finales del siglo XIII alrededor del actual Castillo Real, pero en la Segunda Guerra Mundial fue totalmente destruida por los nazis (como la gran mayor parte de la ciudad) para ser posteriormente reconstruida hasta el más mínimo detalle lo cual hizo posible que que el conjunto fuese declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La Ciudad Vieja bulle de ambiente a cualquier hora del día, es ideal para las compras y para degustar la deliciosa comida polaca. El paseo por la ciudad no debe obviar el Palacio de Cultura, un edificio mastodóntico construido en plena época soviética como un regalo de Stalin a la ciudad. Varsovia atesora también varios palacios barrocos que merecen una visita y grandes parques en los que se suceden conciertos al aire libre que interpretan obras de Chopin, uno de uno de sus más ilustres ciudadanos.
Vejle
Uno de los descubrimientos de este verano es la ciudad de Vejle, situada en el suroeste de la península de Jutlandia (Dinamarca), en el extremo del fiordo homónimo. Su oferta no puede ser más tentadora con un patrimonio histórico excepcional que muestra el pasado vikingo de la zona y los inicios del reino de Dinamarca. Merece la pena la escapada hasta los monumentos de Jellling, Patrimonio de la Humanidad, con dos interesantísimas estelas rúnicas. Pero además, Vejleg es una ciudad divertida, llena de cafés y un atractivo puerto, y sus alrededores son perfectos para recorrer en bicicleta.