Historia: Gerasa, la joya de la provincia romana de Siria
Fundada por los sucesores de Alejandro Magno, la ciudad de Gerasa, en la actual Jordania, unió la tradición semítica con la helenística. Tras su conquista por Roma, se convirtió en una de las urbes más importantes de la Decápolis
Existe en Jordania un camino que tiene más de 4.000 años. Una ruta ya mencionada en el Antiguo Testamento, pero cuya existencia puede remontarse a la Edad del Bronce. Recibe el nombre de Camino del Rey, no porque se atribuya su trazado a un monarca concreto, sino en atención a su antigüedad e importancia. Este camino conectaba el golfo de Aqaba, en el mar Rojo, con Damasco, en Siria, atravesando de sur a norte la región de Transjordania. Esta zona tenía un interés limitado. Las tierras al este del valle del Jordán y del mar Muerto estaban formadas por una anodina sucesión de mesetas boscosas que daban paso a un inmenso desierto. Ningún gran imperio había surgido allí.
La gran plaza oval
Levantada en el siglo I d.C., esta grandiosa plaza conectaba el templo de Zeus con la avenida principal de Gerasa. En las columnas que rodeaban la plaza se colgaron inscripciones con los nombres de los benefactores de la ciudad.
Los mosaicos de Gerasa
En la ciudad se han descubierto numerosos pavimentos de mosaico, como éste que representa al historiador griego Tucídides. Siglo III.
Una urbe cosmopolita
La incorporación a los dominios de Roma inauguró el período de mayor esplendor de Gerasa, y la ciudad que contemplamos hoy fue construida, en su mayor parte, en época altoimperial (final del siglo I a.C.-siglo II d.C.). Gerasa ocupaba un lugar clave en el Camino del Rey, justo en el tramo que comunicaba Petra con Damasco. La imagen es una reconstrucción de Gerasa en el siglo II d.C.
El templo de Ártemis
En la imagen, los restos del templo dedicado a la diosa Ártemis en Gerasa. Edificado sobre una colina, dominaba la ciudad en armonía con el templo de Júpiter, situado al sur.
El arco de Adriano reconstruido
Reconstrucción del arco del emperador Adriano en Gerasa. El emperador Adriano visitó la ciudad y pasó en ella parte del invierno del año 129-130, con lo que Gerasa se convirtió en el centro del Imperio durante unos meses. Para conmemorar este hecho hizo levantar un gran arco en el acceso sur de la ciudad.
El arco de Adriano
Este monumento se alza a las afueras de Gerasa, a 460 metros de la puerta sur de entrada a la ciudad y muy cerca del hipódromo. Con él se quiso honrar a Adriano como artífice de la prosperidad de la que disfrutó Gerasa durante su reinado.
El teatro sur tal como fue
El teatro sur se hallaba junto al templo de Zeus, mientras que el segundo teatro, más pequeño, se encontraba al norte. Erigido durante el reinado del emperador Domiciano, fue embellecido y remodelado por sus sucesores Trajano y Adriano.
Teatro sur de Gerasa
Fue construido durante el reinado de Domiciano (81-96), sobre una estructura más antigua. Tenía capacidad para unas 5.000 personas, y las gradas inferiores estaban numeradas con letras del alfabeto griego para indicar los asientos reservados.
La plaza oval renacida
Su disposición era muy ingeniosa. Por un lado, su forma elíptica, inédita en el mundo romano, aprovechaba de forma eficaz el valle abierto entre dos pequeñas lomas, y por otro servía de arranque visual al santuario de Júpiter y al cardo máximo.
Una visión del templo de Ártemis
La construcción del templo de Ártemis comenzó el año 150, durante el reinado de Antonino Pío. La diosa de la caza era la patrona de la ciudad y sus habitantes quisieron honrarla dedicándole uno de los santuarios más impresionantes del Próximo Oriente.