Grandes Reportajes: Irlanda, entre realidad y leyendas
Seis planes para una escapada al encuentro de las leyendas y paisajes irlandeses
Belfast, la escapada perfecta
Lo bastante pequeña como para que te dé tiempo a verla entera, y a la vez con tantos rincones como para que la disfrutes, así es la capital de Irlanda del norte, plagada de contrastes y todos con final feliz, el de conocer una ciudad increíble. Quizá la primera parada sean los barrios católico (Falls) y protestante (Shankill), porque resumen como pocos lugares, la historia que durante décadas vivió la ciudad que ni debemos ni podemos obviar, y que queda plasmada en las paredes de las casas, así como en el enorme muro que separa los barrios. El ayuntamiento es otra de esas visitas obligadas y espectacular, así como la Catedral de Santa Ana, la Universidad de Queens y por supuesto el Castillo, que no podía faltar en el país de estas construcciones.
Donde nació el Titanic
Si algo hizo popular a Belfast en su momento fueron los astilleros de Harland & Wolff, donde todavía si uno cierra los ojos, puede escuchar los golpes de martillo que resonaban día tras día mientras sus miles de trabajadores construían incansables el Titanic. Hoy, ese esfuerzo y su resultado, está representado por un enorme edificio que simula el gran buque y que es un museo que puede visitarse, al que ni el mismísimo James Cameron pudo resistirse. Tal y como aseguran desde , el barrio conocido como Titanic Belfast se alza como conclusión natural a un relato local y global, “un orgulloso símbolo del legado de la construcción naval de la ciudad y a la vez un brillante monumento a la tecnología y una hazaña arquitectónica”.
Sendero de los Gobbins
Por carretera y a menos de una hora de Belfast, llegamos a otro de esos lugares que esconde la costa norte de Irlanda y del que es imposible no enamorarse. Admirando sus espectaculares acantilados de basalto, cuesta imaginarse que una vez, Irlanda estuvo sumergida en un mar cálido y poco profundo, pero así lo atesoran sus fósiles. El sendero de los Gobbins fue la idea de un visionario, Berkeley Dean Wise, ingeniero jefe de la Compañía de ferrocarriles de Belfast, que entendió que era un lugar lo bastante hermoso como para que el mundo pudiera acceder a él y contemplarlo. Así, los trenes que durante la semana transportaban mercancías, durante el fin de semana llevaban a turistas, al más puro estilo actual. Se inauguró en 1902 y es cierto que tras la Segunda Guerra Mundial, se hacía difícil mantenerlo, así que cerro en 1954 para volver a abrirse, esta vez más modernizado, en 2014. Un paseo que sin duda, merece la pena recorrer y admirar. Te proponemos estar atento al acuario, al “ojo de Wise” y por supuesto, el puente tubular.
Calzada del gigante, ¿mito o ciencia?
Da igual lo que creas, ninguna de las dos versiones que existen acerca de su origen le restan un ápice de belleza, singularidad y espectacularidad a uno de los lugares más increíbles y bonitos del mundo, la denominada Calzada del Gigante, muy cerca del puente de Carrick. Técnicamente se trata de formaciones octagonales perfectas de origen volcánico con casi 60 millones de años de antigüedad. Eso dice la ciencia y las fotos. Pero la leyenda es otra, mucho más interesante. En el Centro de Visitantes nos hablan de Fionn mac Cumhaill (Finn McCool), un gigante irlandés que se enemistó con el colosal escocés Benandonner. Según la leyenda, McCool un día, cansado de los insultos del escocés, construyó una calzada para llegar a Escocia y poner los puntos sobre la íes, pero Benandonner la destruyó dando lugar a estas piedras, que puedes ir saltando, además de explorar la colinas colindantes o simplemente sentarte y dejar que la energía del lugar fluya.
Puente colgante de Carrick a Rede
Otro lugar mágico de la costa norte de Irlanda es el puente colgante de Carrick. El paisaje, de por sí sobrecogedor, es en estado puro, con la naturaleza mostrando todo lo que puede llegar a hacer. Son solo 20 metros de pura adrenalina, los que unen el Condado de Antrim con la isla de Carrick y que tienen forma de puente de cuerda colgante, azotados por el viento y las olas. No hay que preocuparse, porque lleva más de 250 años funcionando y nunca ha pasado nada, así que lo mejor es disfrutar del paseo y la historia, que la tiene. Y es que si preguntas a los pescadores todos te dirán lo mismo: el islote era el mejor lugar para pescar salmones. Hoy ya no se utiliza para eso, pero pasar el otro lado merece la pena, por vivir la experiencia y las extraordinarias vistas que se tienen, hasta de Escocia.
Castillo de Dunluce, un enclave de cine
No solo es un titular, es una realidad. Y es que este castillo está construido en el borde de un conjunto de rocas que caen directamente sobre el mar, lo que hace que tenga un acceso complicado y un muchas curiosidades que lo rodean, como el barco de la armada española que se hundió contra las rocas y dañó los cimientos de esta fortificación, o que le robaran piezas para construir casas cercanas. También se sabe que tiene una cueva debajo, a la que solo se puede acceder con la marea baja, y se habla de la presencia de cristianos ¡y vikingos! Pero algunos lo conocen por ser el que inspiró Cair Paravel , la capital de “Crónicas de Narnia” y sobre todo, por haber protagonizado algunas de las escenas más famosas de la serie “Juego de Tronos”, concretamente el castillo de los Greyjoy en Pyke, en las Islas del Hierro.