Semana Santa: La quimera de saber el tiempo que hará en Semana Santa
Durante otras épocas del año los expertos saben con exactitud matemática si lloverá o si hará más o menos frío. Pero el pronóstico del tiempo durante la primavera y Semana Santa rara vez coincide con la realidad. ¿Por qué? Tiene una explicación meteorológica…
Las vacaciones de Semana Santa es uno de los periodos festivos más esperados del año, pero también uno de las que más incertidumbre genera a la hora de realizar pronósticos meteorológicos.
Los meses de primavera son aquellos en los que se produce un gran tránsito entre masas de aire de diferentes características
La fecha de la Semana Santa varía cada año en función de la primera luna llena después del equinoccio de primavera, pero siempre se produce durante los meses de primavera. Esta es una de las principales razones por las cuales realizar una previsión meteorológica es una tarea de lo más costosa. Los meses de primavera son aquellos en los que se produce un gran tránsito entre masas de aire de diferentes características: las más frías y húmedas típicas del invierno y las más cálidas y secas características del verano. Tal interacción entre masas de aire suele dar lugar al desarrollo de potentes formaciones nubosas llamadas cumulonimbos.
Un pronóstico imprevisible
Estas nubes –conocidas también como nubes de desarrollo vertical– pueden llegar a medir más de 10 kilómetros de altura y producen fuertes tormentas vespertinas acompañadas en muchas ocasiones de aparato eléctrico y granizo. La dificultad de prever este tipo de fenómenos con varios días de antelación es precisamente la inestabilidad de masas de aire calientes y frías y su desplazamiento por la atmósfera. De hecho los expertos en ocasiones solo pueden aventurarlas con unas pocas horas de adelanto.
Pero en primavera no solo se producen tormentas, también se producen cambios bruscos de tiempo asociados a la llegada de sistemas frontales. Estos pronósticos pueden anticiparse con mayor precisión que cualquiera asociado a tormentas pero, aun así, resulta extremadamente complicado realizar un pronóstico correcto al 100%.
Además, otros dos factores son de suma importancia de cara a la fiabilidad de un pronóstico meteorológico: el cuándo y el dónde. Una previsión es fiable a unos 3-4 días vista, decreciendo su certeza a medida que pasan los días. Pero además no es lo mismo conocer el pronóstico a varios días para una comunidad autónoma que para una provincia, ciudad o pueblo concreto. Cuanta más precisión local peor será el pronóstico. Este hecho que ocurre como normal general, es todavía más importante en los meses de transición de la primavera.
Es por ello, que precisamente en Semana Santa resulta muy complicado realizar una previsión del tiempo con varios días de antelación, y más aún en lugares muy concretos. Así pues, lo mejor que puedes hacer es tener un poco de paciencia, esperar un par de días antes y, si el destino al que tienes pensado viajar no ofrece buen tiempo, plantéate posibilidades un poco más alejadas.