Octubre: Los mejores destinos a los que viajar en octubre
¿A dónde nos escapamos este mes de octubre?
Hay dos verbos que, aunque resulten antitéticos, definen el placer de viajar en octubre: volver y explorar. El primero hace referencia a la inquietud cultural de muchas ciudades que, aprovechando el retorno a la rutina, organizan planazos irrechazables con los que hacer competencia a sus propios monumentos.
El segundo es el embrujo del otoño, el embellecimiento masivo de todo reducto natural en el hemisferio norte que hace que volver a la naturaleza sea un espectáculo visual y gustativo.
Por eso, sea cual sea tu ímpetu, las calles y los senderos te esperan.
Mercado de Toyosu (Tokio)
La capital nipona es de esos pocos lugares del mundo donde una apertura justifica un viaje. Y más si de lo que hablamos es de la nueva sede del mercado de pescado más grande del mundo.
Tsukiji se quedó pequeño por culpa de la masificación y de la demanda, de ahí que la ciudad se propusiera hace unos años abordar esta mudanza con un doble objetivo: proporcionar más espacio a los puestos y restaurantes y hacer viable el turismo sin molestar la actividad comercial.
Para ello no solo ha remodelado este complejo situado cerca de Odaiba, sino que también ha ideado miradores y espacios para que los curiosos puedan volver a disfrutar de la subasta del atún… a las 4:30 de la madrugada.
Es normal que todo lo que se cuece en Berlín lleve al desaliento y a la desorentación. Su frenética agenda y lo efímero de sus modas hacen que sea muy difícil seguir su ritmo.
Sin embargo, cada mes de octubre sorprende con una de sus iniciativas más inteligibles, divertidas y versátiles. El Festival de las Luces, que este año cumple 14 ediciones, ha logrado consolidarse como un planazo otoñal en el que artistas y videoartistas proyectan sus obras sobre los monumentos más emblemáticos.
Una ocasión única para reinventar los clásicos y acercarse a un estilo artístico cada vez más pujante.
Podría decirse que la caída del Muro no fue completa en Praga hasta que llegó el turismo y se consolidó el Designblok.
Este festival dedicado al diseño, que este octubre cumple 20 ediciones, se ha logrado consolidar por ser capaz de ejercer de escaparate para los creadores locales y por acercar las innovadoras ideas de la Europa del Este a los horages occidentales.
Más allá de la muestra en sí, la capital checa aprovecha la ocasión para reivindicarse como hogar de muchos de los diseñadores más rompedores de la actualidad, como Lucie Koldov o Estudio Qubus.
El Salvador promete ser el próximo Nicaragua, o el nuevo Costa Rica, o el siguiente Guatemala (si que esto es posible). Sea como fuere, este destino centroamericano está más de moda que nunca, tal y como demuestra la ampliación del número de vuelos directos que pone en marcha Iberia a partir de este mes.
Y la primera impresión que regala es esta urbe que sorprende por inesperada, por tener un centro histórico plagado de monumentos coloniales, gubernamentales y sorprendentes como la apabullante iglesia del Rosario.
Después de esta pequeña escala esperan las ruinas mayas, las playas de su Costa del Sol y las maravillas naturales de Cerro Verde, la Ruta de las Flores o el lago Coatepeque.
Tres citas imprescindibles con la cultura contemporánea hacen que París sea mucho más que Impresionismo, floristerías y acordeones en Montmartre en agosto.
La primera es la Noche Blanca, una velada en la que el arte actual tomas las calles bajo las estrellas y la batuta de Gaël Charbau. La segunda, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (FIAC) en la que el Grand Palais se llena de galeristas y coleccionistas a la vez que genera una onda expansiva de saraos culturetas por toda la ciudad.
La tercera cita es, precisamente, uno de estos eventos paralelos. ArteÉlysées poco a poco se va consolidando como la versión menos presuntuosa de la FIAC donde encontrar muebles, piezas de diseño y arte urbano.
Este vino húngaro tiene como singularidad que se cosecha rozando el invierno, de ahí que su frenesí enoturístico tenga lugar más tarde que de costumbre en el resto de Europa.
El primer fin de semana de octubre, la ciudad homónima celebra su fiesta de la vendimia con la que se festeja este periodo del año tan especial y con la que, de paso, se recuperan los trajes tradicionales, los bailes y las costumbres que han perdurado pese a la sofisticación de sus vinos.
Cuando se le da la espalda a Atenas y a las islas del Adriático y el Egeo, aparece una Grecia sorprendente donde naturaleza e historia se fusionan de manera hipnótica.
Un ejemplo de ello es Ioánina, uno de los destinos de interior más fascinantes del país heleno que en otoño multiplica su belleza gracias a la combinación de bosques, cumbres y aguas mansas.
Y es que junto al lago Pamvotida no solo crece una ciudad llena de mezquitas, fortalezas y monasterios ortodoxos.
En su espejo natural se reflejan, también, las montañas de Epirus que en esta época ofrecen mil y una excursiones de senderismo para todos los públicos.
Esta región situada al noroeste de Borneo sobresale por ser el destino perfecto para todo tipo de grupo de amigos. Es decir, que ofrece grandes planes para cualquier viajero.
Octubre es su mes del arte con diferentes iniciativas entre las que destaca la Women Art Exhibition en la curiosísima galería Sabah que reivindica la creatividad de la mujer en un país que aún sigue siendo machista.
Este ejemplo de aperturismo es solo un avance de lo atractiva que es esta zona que también brilla estos días por albergar un festival de ornitología y por tener más despejadas las playas de Tuaran y Palau Gaya, la versión genuina de la vecina isla de Palawan (Filipinas).
A finales de mes se estrena en todo el mundo Bohemian Rapsody, el biopic de Freddie Mercury en el que se recuerda a la mejor voz de la música popular del siglo XX.
Este estreno lleva, irremediablemente, hasta la ciudad que le vio nacer: Stone Town. Aquí creció y vivió intermitentemente hasta que, con la mayoría de edad, se marchara a Londres.
Un periodo lo suficientemente relevante como para que la capital de esta isla tenga un tour propio en el que se muestra su casa, el barrio de Shangani y hasta el templo zoroastriano en el que rezaba con su familia.
Eso sí, lo que nunca se podrá veren este recorrido es ninguna referencia a su sexualidad ya que esta región semiautónoma no reconoce la homosexualidad. Curiosa paradoja.