El puente de Mostar se ha convertido en un símbolo no solo de esta preciosa ciudad bosnia sino también de la paz después de la terrible guerra de los Balcanes. Destruido por las tropas croatas en 1993, el puente fue reconstruido en 2004 siguiendo el diseño original. Actualmente, Mostar es uno de los destinos más visitados en Bosnia-Herzegovina por el encanto que desprende. Su casco antiguo, un amalgama de estilos arquitectónicos diferentes, invita a ser recorrido por sus calles empedradas y rincones escondidos.