El bello pueblo pesquero de la costa portuguesa se ha convertido en una de las mecas del surf extremo gracias a sus enormes olas que en ocasiones superan los 20 metros de altura
El pueblecito pesquero de Nazaré, a unos 100 kilómetros al norte de Lisboa, se ve apacible cuando los cielos están azules y la luz del Atlántico es clara; entonces, las fachadas blancas parecen iluminarse y la extensa playa luce con su arena brillante en contraste con los coloridos toldos y parasoles.
Desde el puerto pesquero, junto a la desembocadura del río Alcobaça, y hasta el faro, espectacular bacón sobre al cañón de Nazaré que provoca las gigantescas olas, se abre un litoral entre el azul del océano y el verde de la suave colina por donde se expanden las empinadas calles del barrio de los pescadores. La ciudad baja toca la arena y es de espíritu marinero. Es el centro neurálgico: hoteles, tiendas de recuerdos, restaurantes, y toda la animación playera necesaria.