Australia: Cinco razones por las que Australia será tu destino de 2019
Australia es el destino del 2019 y aquí te contamos por qué
Este año cambia los polvorones por barbacoas, el febrero en la ciudad por un chapuzón en la Barrera de Coral y la cuesta de enero por la del puente de Sídney.
1. FAUNA
Sales de la furgoneta, pones un pie sobre la tierra húmeda mientras el viento se cuela entre los árboles y los frondosos helechos. Algo se ha movido ahí delante. Das un paso y de un salto aparece un canguro que, de pie, mide casi tanto como tú.
Tras él, una hembra con una cría en su pouch (bolsa). Podrías pensar que es algo inusual, pero sin duda, lo mejor de Australia es su naturaleza salvaje y encontrarte con su peculiar fauna es fácil si sales de la ciudad.
Tampoco no hace falta que deambules por el desierto de Simpson o te pierdas en las Blue Mountains para ver animales; basta con conducir por las carreteras australianas para ver una retahíla de canguros, wallabees, algún que otro wombat y dingos. O si prefieres, encontrarás koalas colgados en los árboles que perfilan la bucólica ruta The Great Ocean Road, en las afueras de Melbourne.
El país está lleno de señales de tráfico que alertan de canguros y otros animales como los emús -una especie de avestruces gigantes– a los que les encanta salir durante la salida y puesta del sol. Forma parte de la experiencia de conducir en The Land Down Under («la tierra de ahí abajo», término coloquial para referirse a Australia).
Y si tienes tiempo, una escapada a Tasmania es obligatoria. A menos de una hora en avión desde Melbourne, la isla retiene todavía un perfil más salvaje que la península, ya que su clima frío y los fuertes vientos han hecho que no esté tan poblada como la mayoría de las zonas costeras de Australia.
En el noreste de Tassie (a los australianos les encanta hacer diminutivos de todo) es donde se encuentra la mayor concentración de demonios de Tasmania; aunque son bastante díficiles de ver.
Si lo prefieres, puedes visitar el santuario de recuperación para demonios de Tasmania situado en el cráter de Cradle Mountain. Además, encontrarás echidnas, una especie de erizo de tierra, los siempre esquivos ornitorrincos oalgún possum, expertos en robarte la comida del cámping.
2) Naturaleza
Si en algún lugar del mundo fuera posible crear un Jurassic Park, sin duda sería en Australia. El continente está plagado de espacios naturales que parecen decorados de Hollywood.
Qué fácil es perderse entre la frondosa vegetación jurásica del Daintree Forest en Queensland, mientras sigues las huellas de un cassouari -un ave todavía mayor que el emú-; o darse un chapuzón en los billabong (pozas de agua fresca) de Western Australia, rodeado de rocas de ardientes tonos rojizos.
Australia no destaca por sus ciudades, ni falta que le hace. Su reciente creación como país la hace incapaz de competir en arquitectura o historia con el viejo continento, salvo excepciones modernas como Sídney o la vibrante Melbourne.
Es precisamente su colonización tardía lo que nos permite hoy disfrutar de una naturaleza que, más que en ningún otro lugar en el mundo, te hace sentir pequeño, a la vez que te empapa con la fuerza de una tormenta de verano.
Cuesta describir con palabras la sensación que se experimenta al observar Uluru (Kata-Tkjuta es su nombre aborigen) en el Northern Territory, la gran roca sagradasituada en medio del país.
Permanecer de pie mientras un viento añejo sopla sus colores mutantes. Bizarro y extraño se extiende un monolito que de alguna manera representa el todo y la nada de este complejo continente.
3) Su estilo de vida
Hay dos cosas que definen a los australianos: su pasión por la vida de puertas a fueray por mantenerse activos. Los parques de todas las ciudades y pueblos cuentan conbarbacoas eléctricas gratuitas para que la gente pueda disfrutar de su barbie(barbacoa) en la playa, en el parque o en la montaña.
Por eso, una de las mejores maneras de conocer Australia es alquilando una furgoneta y recorriendo el país. Las hay de todo tipo: desde monovolúmenes con capacidad para cuatro personas, como las omnipresentes Jucy, hasta autocaravanas con duchas y baño para ocho personas.
La red de cámpings y parques nacionales se extiende sinuosa por lo alto y ancho del continente, haciendo de esta una opción más asequible y flexible que el tradicional hotel.
Los cámpings cuestan de 35 a 90 dólares la noche en temporada alta y cuentan con todo tipo de comodidades y servicios, incluyendo lavandería, cocina, parques infantiles, sala de ocio o piscina.
La pasión por los espacios abiertos y la naturaleza se traduce también en una relación muy íntima con el mar y con el deporte en general. Los australianos -quizá incluso más las australianas- son gente muy activa y bajar a la playa a hacer deporte a las cinco y media de la mañana es algo común.
De hecho, en playas como Bondi Beach o Manly en Sídney es fácil ver a grupos entrenando boxeo -deporte de moda este año-, en el gimnasio al aire libre al más puro estilo Venice Beach, practicando crossfit, yoga o surfeando.
Tal es la devoción por el deporte y sobre todo por la ropa activewear, que es normal ver a las chicas maquilladas, vestidas con leggins de más de 100 dólares australianos y bolsos Luis Vuitton tomando el brunch. Y claro, las bromas no podían faltar, como este vídeo que se hizo viral de unas chicas fumando y cogiendo el bus en activewear.
4) La no-gastronomía australiana
Australia no es conocida por tener una gastronomía propia, más allá de la omnipresente barbie. Los aussies son especialistas en hacer las mejores barbacoas; sí, lo siento yankees, pero es así. Con una extensión de tierra envidiable, cuentan con una carne de vacuno excelente y si a eso le sumas la carne de canguro…
Se trata de una carne de intenso sabor, pero baja en grasa ya que los canguros no se crían en granjas, sino que se cazan en libertad cuando se abre la veda. Por ello es una carne fibrosa, como la de pollo o pavo, pero de color rojo y mayor sabor, que se puede encontrar fácilmente en todos los supermercados.
Y aunque no llegan al nivel de sus hermanos mayores británicos, losfish & chipsaustralianos poco tienen que envidiar a los de Inglaterra.
5) Su historia
Australia cuenta con una historia fascinante y terrible a su vez. Los aborígenes australianos son considerados la civilización más antigua del mundo, con más de 50.000 años de existencia.
Junto con los indígenas de Papua Nueva Guinea, descienden de unos antepasados africanos que al emigrar hacia Sahul, un supercontinente prehistórico que equivale a la moderna Australia, Tasmania y Nueva Guinea, los habría aislado del resto del mundo.
En el Parque Nacional de Kakadú, situado en el Northern Territory, se pueden observar centenares de pinturas rupestres que muestran escenas cotidianas, flora y fauna local y advertencias sobre ritos y creencias.
El famoso arte indígena, basado en pinturas de puntos coloristas, solía utilizarse como mapa para indicar puntos de interés, la existencia de agua en el desierto, alimentos, etc.
La llegada de los británicos a Botany Bay (Sídney) en 1788 a bordo de una primera flota que transportaba alrededor de 1500 convictos ingleses, marineros y algunos civiles, marca el inicio de la dominación británica y el de un periodo negro plagado de guerras, persecución y exterminio de la población indígena.
Sin embargo, la historia de las colonias presidiarias británicas y de la de los primeros asentamientos europeos es también fascinante (¡y algo mórbida!).
Las condiciones en las que los convictos vivían, los campos de trabajo forzado o los héroes forajidos como Ned Kelly hacen que la historia penitenciaria sea un must para los visitantes, con enclaves como Port Arthur en Tasmania, la prisión de Fremantle en Perth o Cocktaoo Island en Sídney.
La historia más reciente de Australia está fuertemente ligada al mar y el visitante podrá deleitarse con las fotografías, relatos y artefactos que se encuentran en centenares de pequeños museos en toda la costa australiana, dedicados a recordar el pasado ballenero del país o el de los primeros guardacostas.
Y quizá la razón por la que tienes que visitar Australia es para conocer todas las «australias» que se encuentran dentro de este salvaje país.
The Land Down Under es un mosaico abrumador: desde los desiertos de tierra rojiza en los que se oye al dingo aullar, hasta la exhuberante naturaleza de los bosques jurásicos de Queensland, pasando por ciudades tan hipsters como Melbs (Melbourne), pueblos del salvaje oeste fundados por la fiebre del oro australiana en Victoria, las playas de arena blanca y los arrecifes de coral.