Chía lanzó la primera Ruta Turística Artesanal
John Rozo Gamboa, director de Turismo de la Alcaldía de Chía llevó a las agencias operadoras de turismo, propietarios de alojamientos y medios de comunicación locales, nacionales e internacionales a realizar la Ruta Turística Artesanal, gestión de su oficina.
La Ruta Turística Artesanal, implementada por la Dirección de Turismo de la Secretaría para el Desarrollo Económico, invita a conocer las veredas de Fonquetá y Cerca de Piedra, situadas en las verdes montañas del occidente de Chía, lugar donde habitan las tejedoras y bordadoras de los sueños del Municipio, unas maravillosas mujeres que han conservado estos tradicionales oficios y hacen de la artesanía su cotidianidad, demostrada en bellos objetos elaborados con variedad de técnicas, con coloridas lanas, hilos, fique y en diferentes tipos de telares y agujas.
En esta oportunidad el recorrido artesanal llevó a las agencias operadoras de turismo, propietarios de alojamientos y medios de comunicación locales, nacionales e internacionales, los saberes de sus tres talleres: uno de bordado y dos usando diferentes clases y técnicas en tejido; así como la visita a la Tienda Artesanal Chía Sue, lugar donde se cierra el recorrido y se promociona el trabajo de los artesanos y emprendedores del Municipio.
Primera visita: Taller Artesanos Liquira
Liquira en lenguaje chibcha quiere decir manta, mantilla, nos cuenta Ana Florentina Montejo, una mujer cálida y sencilla, que hila, teje y maneja los telares con la propiedad y destreza que le da una dedicación de más de 22 años trabajando con técnicas ancestrales, especialmente las del tejido en telar horizontal, con las que fabrica abrigadas chaquetas, sacos, abrigos, chales, bufandas y chalecos.
Entre alistar los hilos para enhebrar las agujas y el peine, y amarrar la varilla, comienza la jornada de trabajo de Ana con su telar horizontal. Para ella lo más dispendioso está en el proceso de enhebrar ya que dependiendo del tamaño de la pieza y del hilo con el que se teje, se puede llegar a manejar, a la vez, hasta tres mil hebras. Usa hilo coralino y fibras naturales como lana de oveja, algodón y fique, los que utiliza también para tejer piezas con dos agujas y en crochet.
A sus cotidianas labores se suma el que Ana Florentina es la representante legal de la Asociación de Artesanos Mhuysqas de Chía, un colectivo compuesto por 8 mujeres y 3 hombres que se preocupan por la recuperación de saberes ancestrales para producir prendas de ropa y otras artesanías. Su taller tiene el Sello de “Negocio Verde” que lo convierte en un lugar que incorpora buenas prácticas ambientales, sociales y económicas que contribuyen a la conservación del medio ambiente.
Segunda parada: Taller Artesanía Mhuysqa
En pleno campo, en la Casa Indígena, rodeado por las verdes montañas del occidente del Municipio, se encuentra el Taller Artesanía Mhuysqa del Resguardo Indígena de Chía, un lugar de alegre encuentro para 22 mujeres tejedoras que intercambian, con la palabra y el buen humor, saberes de su ancestral oficio en el que son expertas tejiendo en crochet, en dos agujas y en macramé, con lana virgen, hilo de algodón y fique.
Con el fique elaboran el kit para spa compuesto de esponja exfoliante para la cara, guante para el cuerpo y la tira para la celulitis y masajear la espalda. “Tejemos también la suela de las alpargatas que sirve para activar la circulación, para hacer masajes en la planta de los pies y para quitar los callos”, dice Pilar Reyes, su líder. De igual manera lo usan para tejer mochilas, bolsas ecológicas, contenedores y lazos. Con lana virgen tejen sacos, ruanas y bufandas.
Estas sabias mujeres, entre puntada y puntada y una totuma de chicha, van relatando, durante la visita de agencias y medios de comunicación, la cotidianidad, el valor y las costumbres de su comunidad indígena, enclavada en las más bellas montañas del Municipio.
Tercera visita Taller Artesanal Fonquetá
En la tradicional vereda de Fonquetá nació Ana Rosa Torres de Cifuentes y allí también nacieron los tradicionales tapices, bordados con hebras de lana sobre paño tejido en telar, de la mano de unas 25 jóvenes de la región y de la inspiración de Cecilia Iregui de Holguín, una acaudalada mujer que por entonces, hace más de 53 años, les enseñaba a cocer, bordar y otros menesteres del hogar.
La constancia de muy pocas mujeres, entre ellas Ana Rosa, hoy nos permite observar en cada pieza: el campo, sus casas, animales, flores, campesinos, el sol, la luna, las estrellas y la iglesia de La Valvanera. Son sus elementos cotidianos bordados artesanalmente en bellos colores que se convierten en pequeñas obras de arte popular que bien pueden clasificar en el género artístico conocido como primitivismo.
Por mantener el legado, la tradición cultural y ser una expresión de identidad y cultura, Artesanías de Colombia, en convenio con Icontec, les entregó el Sello de Calidad “Hecho a Mano”, reconocimiento que recibió cada una de las siete mujeres que aún trabajan en este oficio. Esa perseverancia ha logrado también que los tapices, las piezas más conocidas, y otras como cojines, individuales, sillitas y catres, lleguen a decorar las casas de muchos colombianos y de extranjeros de países como México, España, Paraguay, Estados Unidos y Francia.
De aquellas jóvenes que se iniciaron en estas labores quedan muy pocas y están reunidas en una Asociación, de la cual Ana Rosa de Cifuentes es la presidente y la más reconocida líder de este oficio en Chía. En su taller y en sus manos esta la ardua labor de seguir luchando porque esta tradición, que es icónica del Municipio, no desaparezca.
Tienda Artesanal Chía Sue
La Ruta Turística Artesanal concluyó en Chía Sue, la Tienda Artesanal de la Alcaldía Municipal, en donde se pudo ver, apreciar, vivir y sentir la creatividad, imaginación y talento de estos oficios ancestrales. Allí las formas, texturas, colores y diseño de cada una de las piezas de los artesanos y emprendedores, revelan la cultura artesanal de esta maravillosa población.
Culminó así el recorrido artesanal por las veredas del Resguardo Indígena donde estas sabias mujeres, con sus prendas de lana y de fique, telares, agujas y palabras, relataron historias, vivencias, técnicas y tradiciones que guardan la identidad de Chía, conocida como la Ciudad de la Luna.
