Islas: Talayots, las raíces de la isla de Menorca
El rastro de esta cultura prehistórica motea el interior menorquín.
Talayots, las raíces de la isla de Menorca
Mucho tiempo antes de que la belleza de las playas y la campiña convirtiera Menorca en el gran destino turístico que es actualmente, las culturas prehistóricas ya habían descubierto las posibilidades de esta isla mediterránea. Sus huellas sobre esta tierra aún son visibles.
Desarrollada durante la Edad del Hierro europea, la cultura talayótica toma su nombre de las características construcciones que dejó repartidas por los 700 kilómetros cuadrados de la isla de Menorca: los talayots. Se trata de torres con una ligera forma cónica que la mayoría de arqueólogos coinciden en describir como antiguas atalayas.
Una visita a estas construcciones únicas constituye una experiencia telúrica que nos conecta con lo más primitivo de Menorca
Otras construcciones características de la cultura talayótica son las navetas y los santuarios de taula. Estos últimos son edificios de planta de herradura, con dos bloques de piedra colocados en forma de «T» y situados en el centro de la construcción. Se cree que desempeñaban una función ceremonial. Las navetas, por su parte, eran monumentos funerarios colectivos, cuyo nombre responde a su forma de nave marítima invertida.
Ahondar en el pasado talayótico de la isla constituye una de las maneras más interesantes de conocer el olvidado interior menorquín, pues sus poblados fueron levantados lejos de la costa, una posición más fácil de defender que frente al mar.
Existen más de 1500 yacimientos en todo el territorio isleño, por ello resulta casi imprescindible escoger cuál visitar. En la zona oriental se localizan los asentamientos de Torre d’en Galmés –el mayor de la isla–, Torralba d’en Salort, Talatí de Dalt y Trepucó. Y en la parte oeste aguardan los vestigios de Sa Naveta des Tudons, Son Catlar, Torrefullada y la necrópolis de Cala Morell.