Grandes Reportajes: Bután, viaje al reino del Himalaya
Los valles de este país de montañas albergan aldeas y templos que apenas han cambiado en siglos.
Bután parece una quimera hecha realidad. Este reino enclavado en medio del Himalaya permanece como hace siglos, con sus creencias budistas, sus pueblos aislados entre montañas de más de 6.000 metros y senderos jalonados por santuarios con banderas que lanzan oraciones al viento. De pequeño tamaño (38.394 km) y vecino de las potentes India y China –Bután linda con Tíbet–, el país se mantiene independiente desde que en el siglo VIII Guru Rimpoche, considerado como el Segundo Buda, introdujo el budismo tántrico en la región.
Con un patrimonio natural y cultural casi intacto, Bután basa su atractivo turístico en el ritmo lento que rige los días tanto de locales como de visitantes. Su emplazamiento, entre cañones y picos escarpados, es la clave de la «ralentización vital» que se observa a lo largo de este viaje, un recorrido que parte del valle de Paro, visita la capital, Thimphu, y se adentra en los bonitos valles de Punakha, Phobjika y Bumthang, punteados de aldeas y monasterios. El preludio a las experiencias que aguardan al viajero en Bután es espectacular: el montañoso relieve que rodea el aeropuerto internacional de Paro obliga al avión a entrar por un desfiladero y a casi colocarse de lado antes de tomar tierra.
EL NIDO DEL TIGRE
El monasterio Taktsang (siglo VIII), en el valle de Paro, es uno de los más espectaculares del país por su emplazamiento, encastado en el flanco de un risco.
Cinco lugares clave
1. Valle de Paro. Entre sus visitas ineludibles destaca la fortaleza (dzong) de Paro y el monasterio de Taktsang.
2. Thimphu. La capital butanesa tiene varios atractivos: el dzong, el Museo de Textiles y la Escuela de Artes y Oficios. Para pasear, el mercado del fin de semana y las tiendas de artesanía.
3. Punakha. Capital de 1637 a 1907, es una buena base para practicar senderismo y visitar aldeas tradicionales.
4. Valle de Phobjika. Es un lugar ideal para observar fauna salvaje por su proximidad al P. N. Jigme Singye Wangchuk.
5. Región de Bumthang. Se la considera el centro espiritual del país por sus monasterios centenarios. Jakar, la principal población, tiene un bonito dzong.
VALLE DE PARO
Sus arrozales y sus granjas son la primera imagen de Bután que ve el viajero. La fortaleza o dzong que se erige a las afueras de la ciudad alberga el Museo Nacional.
THIMPHU
Vista de la capital de Bután desde el puente de Thimphu. A su alrededor se extiende un territorio de bosques, picos y puertos de montaña que superan los 4.000 m de altitud.
DZONG DE PUNAKHA
Contiene una veintena de templos con balcones e interiores bellamente tallados.
VALLE DE PHOBJIKA
Es una etapa ineludible por albergar el Parque Nacional Jigme Singye Wangchuck y por localidades como Gantey, en la imagen.
GANTEY
El monasterio Gantey Gompa, en el valle de Phobjika, celebra un festival o tshechu muy vistoso, con danzas y música tradicionales. El edificio principal contiene pinturas y tallas muy elaboradas.
BUMTHANG
Centro espiritual de Bután, alberga los monasterios más antiguos del país. Bajo estas líneas, patio del de Kharchu Dratsang.
Aldeas butanesas
Son núcleos muy pequeños pero con casas grandes, construidas con adobe, bambú y madera. La primera planta se dedica a los animales, la segunda se usa como almacén y cocina, y en la tercera reside la familia. Cada vivienda suele destinar un pequeño espacio para el altar familiar o chosum. La ayuda entre vecinos es la base de estas comunidades.
Molinillo de plegaria
La religión nacional es el budismo mahayana, una fe que profesan más del 70% de los butaneses. Originaria del vecino Tíbet, se introdujo en Bután en el siglo XI y adoptó sus propios rituales y organización monástica. Los santuarios (chorten), las imágenes de dioses y santos, las banderas de oración y los molinillos de plegaria prácticamente no difieren.