Europa: La última maravilla de Pompeya
El ‘lararium’ es un santuario doméstico para realizar ofrendas y oraciones a los lares, los espíritus protectores de los antepasados difuntos; en la pared opuesta se ha conservado una escena de caza
Un ambiente intacto de gran belleza y colorido ha salido a la luz durante las últimas excavaciones arqueológicas en la inexplorada Región V de la antigua ciudad romana de Pompeya, tras el hallazgo, a mediados de agosto, de un fresco del dios Príapo pesándose el miembro en una balanza. El nuevo ambiente, revelado ayer por el Parque Arqueológico de Pompeya y que aún está en fase de excavación, consiste en un suntuoso lararium, un santuario doméstico para realizar ofrendas y oraciones a los lares, los espíritus protectores de los antepasados difuntos, que velaban por el buen funcionamiento de la familia y de la propiedad en general. Este larario es «uno de los más elegantes que han aparecido en Pompeya, perteneciente a un ambiente de una casa excavada ya en parte a comienzos del siglo XX», según el comunicado. El edículo sagrado, con forma de templete o templo pequeño, se encuentra en el centro de una pared pintada con un paisaje idílico que incluye plantas, pájaros y un pavo real a ras del suelo, donde debió de haber un parterre con plantas de verdad, creando un juego entre la ilusión y la realidad.
Prosperidad y buena suerte
Las figuras pintadas de los lares protectores de la casa flanquean el larario y, en la parte inferior, destacan dos grandes serpientes que representan al Agatodemon, el demon bueno, un símbolo de la prosperidad y de la buena suerte.
Serpientes de lengua bífida
Entre las dos serpientes se distingue la representación de un altar con las ofrendas: la piña y los huevos.
Un jabalí acorralado
Escena de caza sobre un fondo rojo: diversos animales de color claro rodean a un jabalí negro.
Maravilloso hallazgo
Massimo Osanna, el director del Parque Arqueológico de Pompeya, explica el significado de los hallazgos. En la parte inferior hay una arula (un altar portátil) en piedra, hallada en el jardincillo y sobre la cual permanecen restos quemados de las ofrendas que servían para honrar a las divinidades domésticas.
Decoración del larario
El edículo sagrado, con forma de templete, se encuentra en el centro de una pared profusamente decorada.
Estanque central
En el centro del ambiente, dedicado al culto, destaca un estanque bordeado, cuya función no está del todo clara.