Bares y restaurantes clandestinos que te gustará descubrir
El éxito de los locales clandestinos siempre ha estado ahí, con reservados y lugares conocidos solo por unos pocos privilegiados. Oculto detrás de maletas y bolsos, al otro lado de los baños, tras una puerta camuflada en un almacén… Si te gusta el misterio, descubrir nuevos sitios que aparentemente están escondidos, entra en estos bares y restaurantes ocultos donde se cocina (casi) en la clandestinidad.
Este juego le hubiera encantado al mismísimo Hemingway, huésped ilustre de este hotel en los años 50. Para llegar al Bar Clandestino del nuevo NH Collection Suecia (5*) de Madrid (calle Marqués de Casa Riera, 4), que lleva el nombre del escritor, primero hay que encontrarlo. Y no es sencillo. La coctelería es un espacio reservado al que se accede previa autorización pasando ¡por los aseos! Literalmente. Hay que entrar en el baño mixto decorado con azulejos blancos, lavabos retro y taquillas y, al fondo a la derecha, una puerta camuflada da acceso al Bar Hemingway.
El local recuerda a los garitos americanos de la Ley Seca de los años 20, está decorado con moqueta de leopardo, luz tenue, terciopelo rojo y una barra forrada con maderas que proceden de los restos de una iglesia parisina del siglo XVIII. En su interior esconde otro espacio aún más exclusivo que cuenta con un ascensor privado para acceder directamente a las habitaciones del hotel. La coctelería está en manos de Adrian Sehov y junto a sus combinados estelares, como el Old Fashioned XO, hay que probar el que recuerda a Hemingway, Papa doble, con ron Zacapa 23, pomelo, marrasquino y azúcar, un cóctel especial para el escritor que siempre pedía un daiquiri doble.
Un jardín que no te esperas
Para encontrar el Rincón Secreto de Salvador Bachiller hay que entrar en la tienda más antigua de esta firma madrileña de maletas, bolsos, carteras y complementos en piel, en la calle Alcalá 151. En la planta sótano, y después de atravesar la sección de hogar, unas escaleras nos conducen hasta el corazón de un cálido restaurante decorado como un salón de té de estilo colonial, con maderas y plantas, paredes enteladas con diseños japoneses, espejos y bronces.
Abre todos los días con un brunch (de 11h a 13h) y menú, barra de aperitivos, meriendas exquisitas y cócteles muy originales que se sirven en curiosos recipientes, como la bombilla del cóctel Einstein. Y lo mejor de todo, si te encaprichas de la delicada taza de té o del vaso en forma de piña, lo puedes comprar allí mismo. La carta del gastrobar incluye las últimas tendencias culinarias, desde los deliciosos baos de pato a la ensalada de quinoa. Este nuevo local se une a la oferta gastro de la firma que ha sido pionera en crear estos espacios secretos. El primero fue El Jardín SB de la cuarta planta de su tienda en la calle Montera, 37, un vergel en pleno centro, a un paso de la Puerta del Sol, hasta con un bucólico columpio de hierro. Después abrió El Invernadero de SB, en la calle Gran Vía, 65,repleto de plantas tropicales, con horario ininterrumpido y los fines de semana abierto hasta pasada la medianoche. En todos triunfa su coqueto brunch, uno de los más instagrameados de la capital.
Cristina Oria: catering, tienda, restaurante y un foie… ¡difícil de olvidar!
Otro estreno reciente es el restaurante de Cristina Oria. Si la conocías por los productos gourmet con su sello y el exquisito servicio de catering, ahora puedes disfrutar de sus creaciones gastronómicas en la planta superior de la tienda de la calle Conde de Aranda, 6 de Madrid. Desde los escaparates que dan a la calle nada alerta de los comedores que se esconden arriba. En la tienda encontrarás la zona de embutidos y productos frescos, también toda la gama artesana que elabora en su obrador, una zona bio, eco y sin gluten, estanterías repletas de vajillas, cristalerías, manteles y cubertería, y los gadgets más útiles y caprichosos para tu cocina.
Y cuando subas la escalera, encontrarás un espacio lleno de estilo y glamour, con distintos ambientes y ¡tan acogedor! Abre ininterrumpidamente desde las 10 hasta las 21.30 h, pero la cocina nunca se cierra, así que a cualquier hora puedes pedir tus platos preferidos o dejarte aconsejar con las sugerencias del día, como unas ricas lentejas o las carrilleras.
En la carta destaca la receta estrella de Cristina Oria: su foie mi cuit a los tres vinos.Espectacular. Ella misma nos sugiere su ‘Tarta fina de cebolla caramelizada con foie mi cuit y parmesano, el bikini de trufa o el consomé que elaboramos durante tres días’. Se ha propuesto también hacernos cambiar de hábitos con las ‘cenas tempranas’, quedar con los compañeros o amigos después del trabajo y cenar de picoteo entre las 19.30 y las 20.00 h. Además, te puedes llevar la compra hecha, porque seguro que caes en la tentación.
El auténtico Speakeasy del barman Javier de las Muelas
Para buscar al pionero de esta tendencia de locales clandestinos, tendríamos que ir a Speakeasy, el restaurante que el prestigioso barman Javier de las Muelas abrió en 2002 en Barcelona dentro del almacén de botellas del coctelbar Dry Martini, en Aribau, 162 y con entrada propia por la calle Córcega. Rinde homenaje a los locales clandestinos de Chicago durante la Ley Seca en los que se advertía al entrar: speak easy, speak easy, boy, para no levantar sospechas. Hay que llamar al timbre y se entra solo después de dar la contraseña… Superada la prueba, hay que pasar por un laberinto de pasillos hasta llegar al almacén-comedor que mantiene el ambiente del anonimato y el lujo de lo oculto, con luz tenue, música de jazz, las paredes con estanterías metálicas que albergan toda la botellería que se utiliza en el Dry Martini y otra pared de cristal a través de la que se atisva la bodega que atesora magníficas botellas de colección y cuadros de Francis Bacon. Preside la sala una mesa imperial de madera con capacidad para 22 comensales que mide 4,5 m hecha de una sola pieza de madera. Por sus mesas han pasado famosos como Harrison Ford, Miley Cyrus, Javier Bardem o Victoria Abril, entre otros.
En la sede Dry Martini by Javier de las Muelas de Madrid (hotel Gran Meliá Fenix, calle Hermosilla, 2) el misterio se esconde tras la cortina roja de terciopelo que separa la gran barra del bar, de 10 m, del lobby del hotel. Allí, un contador suma a diario todos los combinados Dry Martini servidos desde su apertura… y ya va por más de 31.000. Este cóctel fetiche, además de dar nombre al espacio, ofrece un certificado exclusivo a sus clientes por cada Dry Martini consumido.